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1 de Enero de 2004

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Todo un hombre de Estado
Bitácora de Juan Ramón Rallo Julián

¿Dictadura del mercado?


Un tan querido como keynesiano amigo me deseó "un feliz y libre 2004(lo cual implica no someterse a la dictadura del mercado)"

Es curioso que los defensores del Estado interventor sólo puedan denigrar el mercado recurriendo a una construcción imaginaria, la dictadura, que únicamente existe en cuanto a Estado. Se suele habrar de dictadura de los sentimientos, de dictadura de las necesidades... pero en todos los casos se trata de comparar una situación más o menos agradable con una forma de administrar la fuerza: el Estado dictatorial.

El mercado sería malo, pues, en tanto en cuanto se parezca al Estado, y en concreto, al Estado dictatorial. Sin embargo, los remedios keynesianas para garantizar nuestra libertad pasan por la contradicción de restar protagonismo al mercado y sustituirlo por la única estructura que precisamente puede dar forma a una dictadura y acabar con la libertad, esto es, el Estado.

Es el mercado el que reduce a su mínima expresión las dictaduras; el mercado nunca podrá ser una dictadura, precisamente, porque se enfrenta al Estado, el único que puede derivar en una dictadura en cuanto a tal.

Claro que tal vez los antiliberales se refieran a que el mercado se comporta como una dictadura, esto es, sigue las pautas de una de las expresiones y facetas de su queridísimo Estado. Para ello habría que definir cuál es la característica definitoria de la dictadura y comprobar si se reproduce, o no, en el mercado.

Todo Estado se asienta sobre la necesidad de que algunas, muchas o pocas, personas deben ser coaccionadas para que varíen su comportamiento hacia el deseado por los políticos. Si el Estado no comportara coacción, si se supone que el Estado actúa de acuerdo a como actuarían todos y cada uno de los miembros que engloba y domina, simplemente la existencia del Estado sería algo irrelevante e inservible. Los individuos llegarían a idéntico destino con o sin Estado. Pero, a todas luces, ese extremo no se sostiene.

El Estado legitima el poder para cambiar de rumbo a la acción humana en la fantasiosa idea de la soberanía estatal, entelequia renacentista acuñada por Bodino que sirvió de apoyatura moral al absolutismo. La soberanía estatal liga la realidad a los deseos del poder gubernamental; de ahí, que desde el Renacimiento, la ciencia del "deber ser", el Derecho, haya sido absorbido de una manera total por el Estado. Le es lícito al Estado imponer su ideal de mundo porque tiene la soberanía.

La evolución histórica y de las ideas políticas preponderantes no atacó de clave el concepto de soberanía estatal, se limitó a alterar su origen. La soberanía ya no procedía, como en las monarquías absolutas, de la tradición o de Dios, sino del pueblo. Era, pues, el pueblo el que tenía legitimidad para coaccionar determinadas partes de su cuerpo conjunto. Los individuos seguían sumidos a un idéntico poder represivo, con la diferencia de que éste hallaba su base fundacional en una suerte de propiedad común, de soberanía nacional, de todo el país. La representación política, el sistema democrático, es tan sólo el instrumento con el que dotar de cierta funcionalidad a la idea de soberanía nacional.

La dictadura manteniendo la idea de soberanía estatal troca su procedencia. La legitimidad, como en el caso del absolutismo, puede proceder del ungimiento divino, del sentir de la patria, del inexorable devenir histórico o de la simple victoria militar. Con todo, la idea central es idéntica: el Estado puede ejercer su poder coactivo para alterar el comportamiento libre de determinadas personas. Y como ya dijo José Martí, cambiar de amos no es ser libre.

El mercado, en cambio, se basa en las relaciones voluntarias. Sólo los derechos naturales establecen límites a la acción individual, no depende de la arbitrariedad de ningún superhombre estatalizado. El mercado, pues, torpedea la anquilosada idea de soberanía estatal: somos soberanos de nosotros mismos, podemos actuar legítimamente, sin cortapisa alguna, sobre nuestro cuerpo. Esta concepción de soberanía, a diferencia de la estatal, limita el ejercicio del poder legítimo al propio individuo y a su propiedad. No altera únicamente la procedencia, sino también y, en especial, los destinatarios. Nadie puede iniciar el uso de la fuerza contra otra persona, ya que ésta no viene avalada por ninguna soberanía sobre los individuos.

Así pues, las ideas de mercado y de dictadura son antagónicas. Los requisitos sobre los que descansa la dictadura no se ven, en absoluto, satisfechos con el mercado. La dictadura es una estructura estatal emparentada con la idea de soberanía estatal que irradía. Lo mismo puede señalarse de la democracia, o dictadura de la mayoría, que parte, igualmente, del concepto de soberanía estatal; en otras palabras, que la abstracción del todo reprima a la realidad material de las partes.

Son las ideas keynesianas las que posibilitan comportamientos dictadoriales y estrujan la libertad. Al fin y al cabo, fue el propio Keynes quien señaló que sus ideas se adaptaban mucho más facilmente a las condiciones de un estado totalitario que a las del libre mercado. Dicho de otro modo, se adaptan más fácilmente a una situación donde el Estado prime sobre el mercado, donde la coacción determine el camino de la acción. ¿Es esa la libertad que promete el intervencionismo?

Comentarios

 
Felicidades por su lúcidez mental.Desearía que utilizara su talento en textos de divulgación,a ver si recuperamos posiciones en la lucha ideológica universitaria.
Enviado por el día 2 de Enero de 2004 a las 00:14 (1)
totalmente de acuerdo con Rallo. el slogan tan afectadamente repetido por los adalides del pensamiento unico es todo un ejercicio de newspeak orwelliano. supone una completa inversion y banalizacion de un concepto tan cargado como el de dictadura, modo de interaccion social basado en la coaccion violenta de unos sobre otros. el mercado, por definicion, es un modo de interaccion basado en relaciones voluntarias sin coaccion fisica de ningun tipo, siendo este rasgo un atributo consustancial a la naturaleza misma de cualquier estado. pero supongo que la idea que trata de expresar esa estupidez antiliberal es una mentalidad victimista muy al uso segun la cual uno podria sentirse "oprimido" si no logra que los demas no satisfagan sus preferencias (en el mercado uno, sea como demandante o como oferente, corre ese riesgo absolutamente inevitable). o sea que un tendero que no logra por las buenas que la gente compre en su establecimiento, podria quejarse de la "dictadura del mercado", asi como aquellos fabricantes que no pueden obtener una subvencion pagada por todos, o impedir la accion de la competencia... no deja de ser enormemente significativo que tal construccion verbal sea esgrimida en los ultimos tiempos por aquellos grupos sociales que de uno u otro modo viven ligados al presupuesto publico (funcionarios, artistas "de vanguardia", trabajadores de empresas estatales deficitarias) o protegidos de la competencia, externa o nacional, por el matonismo legislativo estatal (campesinos franceses como jose bove, sin ir mas lejos); es decir, de clases sociales beneficidas de las estructuras de corrupcion y parasitismo que la existencia misma del estado de bienestar ha generado . creo que es evidente que no es sino un eufemismo taimado para no declarar abiertamente que los antiliberales no aceptan la libertad de elegir de cada individuo y sin embargo no le hacen ascos a la imposicion obligatoria universal de pagar impuestos bajo pena de carcel, por supuesto, todo un ejercicio de "emancipacion democratica". por cierto... en un sistema de mercado libre, hay algo que impida que todas esas supuestas victimas de la dictadura mercantil se agrupen en sociedades de apoyo mutuo, comunas, falansterios, mutualidades, cooperativas y formen sus propias redes socialistas solidarias y democraticas con su dinero y sus propiedades? tengo derecho a patalear contra la dictadura del amor libre porque la vecina del tercero que me gusta mucho me da calabazas y vivo infeliz?
Enviado por el día 2 de Enero de 2004 a las 13:35 (2)
En eso se equivoca el amigo keynesiano: la dictadura es de clase.

Una clase minoritaria que detenta el control de los medios de produccion y oprime (con una dictadura abierta o con una mascara "democratica") al resto de la sociedad.

El mercado es solo una pantomina para los seniles que todavia creen en la libre concurrencia. La economia esta planificada por un puñado de corporaciones, que son las mismas que se dividen al planeta y lucran con las guerras.
Enviado por el día 2 de Enero de 2004 a las 20:10 (3)
Los mismos argumentos de Mises contra el socialismo sirven para refutar cualquier planificación por las grandes corporaciones mundiales.
Y en cualquier caso, quienes tienen poder para ejecutrar los mandatos de las corporaciones son los Estados.
El libre mercado es quien impide el monopolio; la división estatal de la economía en pequeños reinos de taifas solo reducen la competencia y favorecen los monopolios de "las grandes corporaciones"
Enviado por el día 2 de Enero de 2004 a las 21:15 (4)
vamos a ver.. en que quedamos señores anticapitalistas? el mercado es irracional y anarquicamente caotico (la famosa anarquia del mercado tan cara a los marxistas) o es un juego controlado por una oscura elite que siempre
triunfa al determinar sus planes? es un dato
esclarecedor que la critica anticapitalista, incluso la mas academica, desorientada por su ignorancia para entender la accion humana, haya alternado de manera errabunda entre estos dos tipos de explicaciones-acusaciones, incompatibles entre si
por cierto señor slogan,,,podrias dar alguna descripcion minimamente aceptable de como esas grandes corporaciones logran controlarnos y planificar nuestra vida? conoces una cosa llamada en ciencia politica "test de Dahl" para saber si realmente es una elite la que determina la configuracion de las sociedades?? ninguna teoria de la conspiracion ha logrado nunca superarlo, por ello tus simplezas estan relegadas a los fanzines marginales y a las sectas de paranoicos tipo chomski y demas gente que ni el mainstream socialdemocrata-progre del mundo academico toma en serio
podrias exlicar por que esa "clase" tiene mas poder de influencia que por ejemplo, la clase administrativo-funcionarial, curiosamnete invisible a los ojos de la "teoria" anticapitalista?
Enviado por el día 3 de Enero de 2004 a las 01:11 (5)
vamos a ver.. en que quedamos señores anticapitalistas? el mercado es irracional y anarquicamente caotico (la famosa anarquia del mercado tan cara a los marxistas) o es un juego controlado por una oscura elite que siempre
triunfa al determinar sus planes? es un dato
esclarecedor que la critica anticapitalista, incluso la mas academica, desorientada por su ignorancia para entender la accion humana, haya alternado de manera errabunda entre estos dos tipos de explicaciones-acusaciones, incompatibles entre si
por cierto señor slogan,,,podrias dar alguna descripcion minimamente aceptable de como esas grandes corporaciones logran controlarnos y planificar nuestra vida? conoces una cosa llamada en ciencia politica "test de Dahl" para saber si realmente es una elite la que determina la configuracion de las sociedades?? ninguna teoria de la conspiracion ha logrado nunca superarlo, por ello tus simplezas estan relegadas a los fanzines marginales y a las sectas de paranoicos tipo chomski y demas gente que ni el mainstream socialdemocrata-progre del mundo academico toma en serio
podrias explicar por que esa "clase" tiene mas poder de influencia que por ejemplo, la clase administrativo-funcionarial, curiosamnete invisible a los ojos de la "teoria" anticapitalista?
Enviado por el día 3 de Enero de 2004 a las 01:11 (6)

Yerra por mucho el amigo "un aforista". El mercado es precisamente donde las grandes corporaciones mueren todos los años por dejar de serle utiles al ciudadano común. Su peso en la economia de USA es cada vez menor (Ver estadisticas y no sólo slogans) y para colmo sólo lucran de las guerras cuando hay políticos que las provocan o aprovechan para sus amigos corporativos. En ausencia de Estado intervencionista (redundante, sí), y existiendo solamente gobierno limitado (competitivo o no, no es el momento para desbaratar la idea de un monopolio bueno) no existen tales oportunidades de lucro mal habido.

El mercado, la suma de las libertades, no es una dictadura. Miles de anuncios publicitarios fracasan a diario, cualquier publicista puede dar fe de ello. El mercado propone, el ciudadano dispone, y viceversa. Una sana relación de pareja, donde el forajido local no tiene nada bueno que aportar.
Enviado por el día 4 de Enero de 2004 a las 18:58 (7)
Si en algo nos distinguimos las personas de los animales es en la empatía (en ponernos en el lugar del otro). No somos unos seres egoistas (aunque leyendo esta pagina empiece a dudarlo) que luchan sólo por su supervivencia en un medio hostil. En el mundo animal sólo sobrevive el más fuerte, y quizás es esa la gran diferencia con nosotros, durante siglos hemos luchado por articular sociedades en las que débiles y fuertes caminen juntos, llegando a su cima en la Suecia de los años ochenta. Y es precisamente el estado, ese que tan poco os gusta, el que garantiza todo esto, el que ejerce de contrapeso las fuerzas de un mercado que, esta archicomprobado, es de todo menos justo en la distribucion de la renta, sobre todo. Por que si no se controla, es especulador y monopolistico. Y porque no somos monos.
Enviado por el día 9 de Enero de 2004 a las 16:01 (8)
Prada, sobre la supervivencia del más fuerte, en el mercado eso se refiere a las empresas, no a las personas. Las empresas quiebran, pero los empresarios y los obreros viven para trabajar en otra. Si no fuera así, seguiríamos en la Edad de Piedra. Y ¿por qué es mala la desigualdad de renta? Creí que lo malo era la miseria. Que Bill Gates sea riquísimo no me hace a mí más pobre.

Es interesante que cites a Suecia. En Suecia se creó riqueza gracias a las políticas liberales de la segunda mitad del siglo XIX, y se procedió a repartirlas con políticas socialdemócratas en la segunda mitad del XX. Con el resultado de que, mientras que en 1970 Suecia era el cuarto país más rico de la OCDE, hacia 2000 era el decimoséptimo. A finales de los 90, los suecos de Suecia eran ya más pobres que los negros de los Estados Unidos (mira este artículo de Johan Norberg que lo explica).

La empatía, Prada, para ser eficaz, debe adoptar medios eficaces. Y el socialismo NO es un medio eficaz para aumentar el bienestar de los desfavorecidos.
Enviado por el día 9 de Enero de 2004 a las 17:31 (9)

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