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25 de Enero de 2004

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Todo un hombre de Estado
Bitácora de Juan Ramón Rallo Julián

Mejor tomárselo en broma


Reforma en serio, como representación genuina de la izquierda, ha publicado un manifiesto en el que pide un programa de mínimos(cuidado con los máximos) para la izquierda. En el documento encontramos sugerencias como:

Muchas personas argumentamos que el derecho a la vida y a la salud de todos los que viven en un Estado democrático y económicamente próspero depende de la materialización de unas condiciones equitativas para el acceso a la riqueza general del país.

Esto de "riqueza general del país" es de un colectivismo tan desgastado y manido que atenta contra el sentimo común. La riqueza, esto es, el correcto uso de los recursos para satisfacer las necesidades de las personas, la producen los individuos, no "el País"(aunque D. Jesús sepa muy bien como producir riqueza) Por tanto, más que acceder a la riqueza de otras personas, la izquierda debería proponer, simple y llanamente, atracar a otras personas. No vaya a ser que nos confundamos con el lenguaje y pensemos que la propiedad ajena es, en realidad, mi propiedad.

Simplificándolo, se consideraría que el mayor terror mundial es aquel que produce el hambre sufrida desde el nacimiento hasta la muerte por inanición o extre ma debilidad física

La sucia instrumentalización que hace la izquierda de las desgracias tercermundistas redunda en su ignominia. Ignoro si esta gente cree realmente que dando un empujoncito circunstancial, que no ataca las causas de su miseria, a la gente del Tercer Mundo y empobreciendo a la del Primero, el hambre en el mundo concluirá. Lo ignoro, pero querría pensar que así lo creen. Querría pensar que no recurren a la demagogia para conseguir un omnipotente estado mundial al frente del cual situarse y manejar los hilos del poder. Y es que resulta peligroso cavilar(y actuar en consecuencia) que los pobres son pobres porque otros son ricos. Nadie atraca a los habitantes del Tercer Mundo, salvo sus gobiernos, nuestros gobiernos y los foros sociales.

Estimamos, como muchos otros ciudadanos, que las propuestas sobre reformas estatutarias de determinados partidos a las que presentan como si, realmente, fueran el instrumento preciso para remover los obstáculos que impiden otras políticas que no sucumban al neoliberalismo y al poder del mercado y de las instituciones financieras internacionales, desprecian la capacidad e inteligencia de la ciudadanía para debatir con ella sobre su destino.

Volvemos al colectivismo ramplón. La humanidad no debe debatir SU destino, es cada cual quien debe buscárselo y ganárselo. La construcción imaginaria de un ente individual que recoja los sentimientos y pasiones de todos los individuos no tiene sentido alguno. Que la mayoría decida cuál debe ser el sentido vital de todos es de un totalitarismo inconcebible. Por muchas razones; primero porque sólo los individuos conocen y pueden persiguir sus fines, segundo porque esos fines están en continua mutación, nada que ver con las rigideces asamblearias, tercero porque a falta de unanimidad, los menos serán sometidos y subyugados por la dictadura mayoritaria y cuarto, porque es hilarante imaginare a 6000 millones de personas deliberando sobre su unívoco futuro, el camino al poder unipersonal y represivo está más abierto que nunca.

No se permitie, al mismo tiempo, ni se estimula, un debate social sereno, serio y riguroso, sobre el paro o la precariedad, sobre la agricultura campesina y la soberanía o calidad alimentaria, sobre el cambio climático o las agresiones al ecosistema y el cumplimiento de los acuerdos del Protocolo de Kyoto.

Su fatal arrogancia les hace confundir debate con asentimiento de los planteamientos izquierdistas(¿y si del debate saliera la conclusión de que la precariedad laboral es positiva?) pero también con solución inmediata de los problemas. Por mucho que se hubiera debatido en el Medievo sobre la insuficiente calidad de las viviendas y sobre la pútrida salubridad de los pueblos, ello no hubiera posibilitado a construir un adosado para cada campesino ni establecer un áureo alcantarillado. Muchos problemas no se hallan irresolutos, a medio o largo plazo, por no hablar sobre ellos, sino más bien por recortar la libertad y marginar al mercado.

Que el derecho de todos los ciudadanos a percibir una retribución suficiente para sus necesidades hasta después de la jubilación, y especialmente en los casos del desempleo, se halla expresamente recogido por el actual ordenamiento constitucional español.

De eso no cabe duda, estamos ante una Constitución socialista. Pero ello no nos informa sobre la bondad o iniquidad del hecho constatado. Y parece absurdo que un derecho esté subordinado a las disponibilidades materiales; no todos los españoles podemos tener a día de hoy un chalet de 200 metros cuadrados. Eso sí, lo que engedra esta propuesta es el trabajo forzoso y el esclavismo. Que una persona tenga derecho a un plato de arroz, significa que otra persona tiene la obligación de cultivarle y cocinarle ese arroz. Nos sumimos, de esta sencilla forma, en una esclavitud social perpetua, que nace no de las obligaciones contraídas voluntariamente por los individuos, sino del hecho de que nazcan seres humanos. El nacimiento de una persona es fruto de obligaciones positivas para todos los subyugados por un Estado.

Que no puede argüirse como razón la escasez de recursos cuando, en términos de Producto Económico, España tiene el privilegio de hallarse situada en el duodécimo lugar entre los países más ricos del mundo.

Me parece que esta gente no tiene muy claro el concepto de escasez de recursos. No ya sólo porque los recursos no debieran estar a la arbitraria disposición del Estado, sino también porque el crecimiento no erradica la escasez. No tiene sentido, tan siquiera, tratar de mostrar la torpeza de tal afirmación. Han identificado escasez como ausencia de medios materiales para conseguir determinados fines; cuando precisamente la escasez es lo que da sentido a los medios y, por ende, a los fines. Sin escasez no hay medios y sin medios no hay fines que perseguir.

Que, sin perjuicio de otros objetivos, las líneas fundamentales de toda corriente política inscrita en la Izquierda coinciden en su aspiración a conseguir un reparto armonioso de la riqueza socialmente sostenible.

Más bien seria un reparto clientelar insostenible. Quien mejor distribuye la riqueza entre aquellos que satisfacen las necesidades ajenas es el mercado. Distribuir la renta aleatoriamente implica obviar la satisfacción de las necesidades, despreciar el rumbo de los recursos hacia los fines socialmente prioritarios. Significa, en el fondo, imponer desde arriba los fines a perseguir y a ser satisfechos. Pero de tal caos sólo puede surgir un menguante botín a redistribuir, que acabaría colapsándose sobre sí mismo.

Habida cuenta de que el modo de producción en la economía de mercado reconocida hoy como forma constitucional para la regulación del sistema necesita mantener un contingente de mano de obra desempleada forzosamente, las personas con edad y condiciones para trabajar privadas de empleos suficientes contribuyen de hecho, por esa vía, al éxito del mismo. Y, por lo tanto, tienen derecho a participar en la riqueza obtenida. En consecuencia, todo ciudadano tiene derecho a recibir del Estado un salario social.

Se empieza partiendo de premisas sin sentido(la economía de mercado necesita mantener un contingente de mano de obra desempleada) y se concluye colocando toda la riqueza generada en un mismo saco presta a ser repartida por su generoso poseedor estatal. Ridículo.

Plan de inversiones en los servicios públicos esenciales, que aumente prioritariamente los niveles del gasto en educación y sanidad, de modo paralelo a la progresiva disminución de las subvenciones por los actuales conciertos con las empresas privadas, hasta su total extinción.

Aumentar progresivamente el gasto ad infinitum significa nacionalizar la economía e hipertrofiar sin razón unos sectores de la actividad económica en detrimento de otros. Eso es la escasez que antes no entendían. Con todo, me apunto a la eliminación de las subvenciones a las empresas privadas.

Se aumentarán los impuestos directos, progresivos según las rentas, con una mayor presión fiscal sobre las del capital para compensar al menos las cargas rebajadas en los últimos años.

No esperaba menos de quienes conciben la "riqueza nacional" como un cofre a repartir por el rey entre sus súbditos. La función que cumple el impuesto es, pues, en definitiva un trámite. La riqueza está dispersa y hay que trasladarla al confre. Recaudación, no conficación. Así operan las mutaciones semánticas.

La asociación izquierdista concluye con la siguiente pregunta retórica: ¿Tendremos que seguir siendo en las próximas Elecciones, una vez más, abstencionistas activos de izquierdas?. Obviamente, si para dejar de ser abstencionistas deben implementarse las medidas anteriomente expuestas, espero que lo sigan siendo durante muchas décadas. Mas témome que no caerá esa breva: sólo hace falta observar el espectro y los espectros políticos.

Comentarios

 
Yo creo que se equivocan de táctica, también. Lo mejor es que apoyen el anarco-capitalismo: si el capitalismo según ellos está lleno de contradicciones hay que propiciar la mayor pureza posible del modelo del antagonista para adelantar su implosíón. Deberían empezar a infiltrarse en los partidos del establishment democratacristiano-socialdemócrata y llevar los planteamientos libertarios hasta las últimas consecuencias. Y si después de todo los anarco-individualistas tienen razón, y se cumplen las mejores posibilidades de las cosas, mejor aún.
Enviado por el día 25 de Enero de 2004 a las 22:19 (1)
Por ejemplo.
Enviado por el día 25 de Enero de 2004 a las 22:46 (2)
Ves, Antonio, comentarios tuyos como este son los que me despistan...
Enviado por el día 26 de Enero de 2004 a las 02:05 (3)
O los que despistan son los otros.
Desde luego que este no es tan brillante ni tan original como el del planeta azul, pero...
Enviado por el día 26 de Enero de 2004 a las 07:42 (4)
Es divertido ver cómo ve el mundo la izquierda, sobre todo la riqueza. La ve como algo dado y preexistente y, por tanto, no puede imaginar que las desigualdades sean otra cosa que mala fe y violencia. La idea de que la riqueza NO EXISTE en la naturaleza y que hay que crearla no se le pasa por la cabeza.
Enviado por el día 26 de Enero de 2004 a las 12:21 (5)
Si la izquierda ve tan fácil y sencillo ser un capitalista y disfrutar de la RIQUEZA que éstos crean, yo me pregunto porqué no se apuntan ellos al carro de ganar dinero y nos dejan a los demás en paz.
Enviado por el día 26 de Enero de 2004 a las 14:44 (6)

No, si lo más gracioso de todo es que muchos lo hacen, y al mismo tiempo lo critican por aquello de guardar las formas.
¿Dónde van los máximos representantes de la izquierda millonaria cuando se ponen malitos?
Enviado por el día 26 de Enero de 2004 a las 17:46 (7)
VOTA PSOE
Enviado por el día 27 de Enero de 2004 a las 22:13 (8)
Después de leer comentarios tan sabios, hay que declinarse por una crítica de la razón pura... el capitalismo no es más que otra otro sistema económico, social, político y cultural pasajero. El tiempo lo irá cambiando, transformando a su vez, en otro sistema y así será porque obra material humana no es eterna en sí. Las grandezas económicas caen y el concepto actual no es extrapolable ante los acontecimientos. La continuidad de los principios monetarios llega a ser efímera ante el ritmo de la historia intrínseca del ser humano. Ante el devenir de la historia mundial se llega a una base de continuidad o destrucción. La riqueza que existe y que no se genera, si no es por la explotación, se mundializa, su beneficio se mundializa. Las reservas naturales se mundializan, ¿se mundializa el trabajo y su rendimiento?, ¿se mundializan los capitales?,¿se mundializa el hambre?, ¿se mundializa la enfermedad?
La riqueza personal nunca será mayoría personal. El mundo crece y los ricos no crecen al mismo ritmo. El PIB mundial no es compatible con la demografía actual. Disquisiciones del orden del enriquecimiento personal como fin son impensables en otras partes del mundo, el capitalismo no es exportable como meta personal, sino como fin de otro interés. El consumo se consume. Los imperios caen y nacen otros, que a su vez caerán y sin embargo la diferencia entre ricos y pobres crece a mayor ritmo que el poder que pueden ejercer dichos imperios. LLegará su fin en sus propios fines y metas.
El capitalismo, por muchos que se esfuercen muchos en defenderlo, salvaguardarlo, protegerlo, conservarlo, camuflarlo, ampararlo; salvarlo en fin, desaparecerá con más pena que gloria.
Torres más altas han caido.
Enviado por el día 16 de Febrero de 2004 a las 09:43 (9)

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