6 de Agosto de 2010
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El intervencionismo en todo su esplendor
Aprovechando el control de precios decretado por el Gobierno de Putin, he escrito un artículo en Libertad Digital comentando algunos de los efectos de esta muy nociva política pública:
El efecto más inmediato de rebajar artificialmente el precio de un producto –o de impedir que suba de precio cuando se ha vuelto mucho más escaso– es que todos los compradores acuden en masa a comprar trigo, mientras que los vendedores son reacios a deshacerse de él a precios tan poco competitivos. Es decir, todo el mundo quiere comprar, pero nadie quiere vender. ¿Consecuencia? El producto resulta cada vez más difícil de conseguir: aunque hay gente que está dispuesta a pagar un precio por el que el vendedor aceptaría enajenar el bien, no pueden cerrar la transacción porque el Gobierno se lo impide.
Si los controles de precios perduran, los productores de trigo desinvertirán en esta industria y se dirigirán a otros sectores donde la rentabilidad sea mayor. Un cierto desabastecimiento puntual se convertirá en una escasez crónica debido a reducciones permanentes de la oferta... a menos que se establezcan también controles de precios en el resto de la economía para evitar diferenciales en la rentabilidad, en cuyo caso el desabastecimiento y la carestía crónica se volverán universales. De hecho, el control universal de precios tiene un nombre que arrastra un historial de miseria y desolación: socialismo.
Comentarios
En la bolsa y en los mercados de deuda pasa lo mismo cuando se incrementa la intervención mediante las restricciones chorras (prohibición de cortos o CDS´s) o intentando "fijar" tipos de interés absurdos con respecto al mercado.
Muy bueno el artículo, razonamiento aplastante.
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