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11 de Diciembre de 2003

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Areopagítica
Bitácora de Alberto Illán Oviedo

Greenpeace y el langostino

Un año más los alegres activistas de Greenpeace nos quieren felicitar las Navidades con una denuncia en vez de con una tarjeta. Aprovechando tan consumista periodo han decido que es la mejor manera de despedirse del año. En su edición de El Mundo del 11 de diciembre de 2003, un amplio artículo nos avisa que:

"Greenpeace denuncia el desastre que causa la cría de langostinos"


Los alegres activistas se han propuesto amargarnos las fiestas. No a mí, que no me gustan estos bichos, pero sí a la mayoría de los lectores del periódico que comerán apesadumbrados el artrópodo en Nochebuena. No contentos con hacer que en esta señalada fecha chupemos las cabezas (de los langostinos, me refiero) en silencio, añaden más leña al fuego. Resulta que España es el tercer (culpable) consumidor mundial de marisco y que su cultivo destruye los manglares, la pesca tradicional y genera pobreza. Afortunadamente se salvan los gallegos (que ya tienen bastante con sus chapapóticas fiestas). Los bichos en sí provienen en su mayoría de Colombia, Brasil, Honduras y Ecuador pero en un mapa adjunto en el artículo se hace una relación más completa añadiendo Venezuela, Guinea, Sierra Leona, Nigeria, Tanzania, India, Bangla Desh, Tailandia e Indonesia.

Pero vamos a ver, alguien puede poner un poco de sentido común en esta institución, con perdón de las instituciones. Todos estos países son del Tercer Mundo o como mucho en vías de desarrollo. Son países donde el sector primario es esencial, apenas hay industria y sólo algunos de ellos y en zonas muy concretas han desarrollados boyantes industrias turísticas que de momento no aportan una mejora global. Por otra parte, los alegres activistas han denunciado por activa y por pasiva el esquilmado del mar, la contaminación de las industrias y la peligrosidad medioambiental del turismo. Si no pueden pescar ni cultivar, pues detruyen los ricos ecosistemas marinos y selváticos, no pueden poner una industria porque contamina y no pueden venir los turistas, ¿de qué vive esta gente?. No producen, no comercian, no venden, sin dinero, sin expectativas y mucha población: mucha hambruna.

Lo de la defensa de la pesca tradicional es además aberrante. También es tradicional la quema de un trozo de selva en el Amazonas para cultivar, lo podrán hacer unos miles de indígenas pero no 100 millones de brasileños. Pues lo mismo para la 'pesca tradicional' ¿cuánto durará un manglar? ¿un año?. Al menos la piscifactoría está localizada, se podría limitar el daño, si lo hubiera, al ecosistema. Y piden a los consumidores que no los compren. ¿Qué futuro más alentador para los productores? Luego el domigo del Domund, una limosta y contentos.

Aquí el que está generando pobreza es el gobierno que engatusado por estos vividores, hace caso a sus locas recomendaciones. Una vez más estoy convencido que si dejáramos actuar a los alegres activistas y siguiéramos a pies juntillas sus sugerencias, en 100 años el ser humano sería historia, incluidos ellos. Al fin y al cabo, el hombre es un virus para la Tierra, ¿no?

Comentarios

 
Jorge Alcalde ha publicado un artículo sobre el tema:

http://revista.libertaddigital.com/articulo.php/12...
Enviado por el día 12 de Diciembre de 2003 a las 23:48 (1)

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