liberalismo.org
Portada » Bitácoras » Areopagítica » El peor año de ETA

7 de Enero de 2004

« Preparaos para el oscurecimiento global | Principal | Lectura y mercado »

Areopagítica
Bitácora de Alberto Illán Oviedo

El peor año de ETA

Quizá haya pasado algo desapercibido por todos los acontecimientos políticos que se desarrollan en España pero 2003 ha sido el peor año de ETA en los últimos 32. Sólo ha cometido 3 asesinatos y hay que remontarse a los años 1968, 1969 y 1972 con 2, 1 y 1 respectivamente, para ver cifras de la misma magnitud. La labor tremendamente eficaz de las Fuerzas de Seguridad del Estado, la de la Gendarmería francesa (aunque parezca increíble), la colaboración internacional y las medidas judiciales y legislativas que se han tomado en España han permitido la desmantelación de la cúpula dirigente, de varios comandos, la casi desaparición de su aparato logístico, y la neutralización de atentados tan sangrientos como el que se pretendía dar en la madrileña estación de Chamartín el día de Nochebuena.

Sin embargo, es triste tener que decir que tres asesinatos es una buena noticia, es triste ver como los nacionalistas vascos se muestran cada vez más cercanos a estas tesis locas del independentismo racial y ver como ciertos partidos pierden su carácter nacional para conseguir un poder ficticio.

Comentarios

 
¿Si ha habido otros años con menos asesinatos porque este año es el peor de la ETA (no de ETA)?
Enviado por el día 7 de Enero de 2004 a las 22:20 (1)
Porque en este año los golpes policiales contra su organización han sido verdaderamente importantes, porque este año a pesar de algunos, se han tomado una serie de medidas judiciales y legislativas que han puesto entre la espada y la pared a la organización, porque este año la colaboración internacional se ha asentado, porque en aquellos años aún había gente (mucha) que pensaba que la banda terrorista ETA luchaba contra el franquismo cuando sólo era una banda racista y terrorista, porque ETA está bastante herida y en aquella época no lo estaba. Desgraciadamente, ETA o la ETA, me da lo mismo, sólo tiene el óxigeno que le dan los nacionalistas.
Enviado por el día 7 de Enero de 2004 a las 23:08 (2)
Hombre, José Luis, porque aquellos eran sus primeros años y aún no había crecido como para hacer más cosas. No eran malos años para ellos pues iban hacia arriba. Este es peor porque significa que están de declive, hacia su exterminio como banda terrorista.
Enviado por el día 7 de Enero de 2004 a las 23:18 (3)
¿Y cómo se les dejó crecer?¿Legalizando Batasuna por ejemplo?.Hemos necesitado treinta años para volver al principio, con Batasuna ilegalizada, pocos asesinatos, pero eso sí con la democracia "asentada" y lo que no se dice: en las Vascongadas ni rastro del Estado español con la inmensa mayoría de sus funcionarios asesinados, expulsados o absorbidos por la canallería del PNV.Sin duda un mal año para la ETA, cada vez nos parecemos más a los países europeos, los cuales no tienen terrorismo, ni siquiera los que estuvieron sometidos al comunismo.De todas formas el declive de la ETA ya dura 30 años.Un saludo.
Enviado por el día 8 de Enero de 2004 a las 00:09 (4)
En primer lugar, en virtud de tus comentarios, parece que aquí apoyamos o defendemos al PNV o a Batasuna, lo que en mi caso y estoy seguro que en el de los demás, no es ni por asomo.

En segundo lugar sí hay rastro de España en las Vascongadas. Desgraciadamnete ese rastro necesita llevar guardaespaldas y puede tener miedo de expresarse. Te recuerdo que aproximadamente el 50% de los votos fue para fuerzas no nacionalistas.

Y en tercer lugar, IRA y grupos terroritas Unionistas en Irlanda y Gran Bretaña, Terrorismo Corso en Francia, Brigadas Rojas en Italia, Ejercito Rojo en Alemania , terrorismo valón en Bélgica, más diversos grupos terroristas islámicos, terrorismo anarquista y antisistema, sin olvidar el antisemita, es a bote pronto lo que se me ocurre en esa 'civilizada y libre de terrorismo' Europa que mencionas.

El declive de la ETA (usaré tu nomenclatura) empezó hace unos años cuando alguien se dio cuenta que la labor policial y judicial dentro de la ley podía ser muy eficaz y no aventuras tétricas como la del GAL.

Un saludo y buenas noches.
Enviado por el día 8 de Enero de 2004 a las 01:24 (5)
Alberto: Yo también me siento muy satisfecho con estas detenciones, y con este número reducido (...) de muertes. Soy un poco escéptico con que sea la única manera de cortar de raíz el mal.
Yo creo que la raíz del problema es que seguimos sin entender bien a una parte de los vascos. Yo conozco a varios que quieren la independencia, pero ninguno de ellos se siente racialmente superior a nadie, sencillamente les molesta tener la sensación de no ser libres. En mi opinión, lo que realmente tememos el resto de los españoles es que nos vayan a dejar plantados. Es como cuando la chica con la que sales te deja plantado: entiendo que no le gusta a nadie. ¿No te ha dejado plantado nunca una chica? A mí, sí. Y con un poco de distancia no lo veo como ninguna catástrofe: me han pasado muchas cosas bonitas entre tanto, a pesar de que entonces pensaba que era el fin del mundo, y me intentaba agarrar a ella con uñas y dientes. Además, esa experiencia, que fue dolorosa para mí, me ayudó a conocerme mejor, y a aprender a corregir ciertos de mis defectos; aprendí, entre otras cosas, a entender a esa chica y a no odiarla.
De la misma manera, he dejado también a una chica, y afortunadamente, no me lo impidió nadie, porque si no, estaría amargado.
Pienso que nuestros amigos vascos tienen todo el derecho del mundo a separarse de nosotros, si no quieren compartir el proyecto de país que el resto de los españoles tenemos o que les ofrecemos. A mí me gustaría que continuaran con nuestro proyecto español, porque les tengo mucho cariño, o por melancolía, o no sé, porque siempre he estudiado que así debía de ser.
Es por ello por lo que no les voy a atar a la pata de la cama, la Constitución, sino que les voy a dar libertad de hacer lo que les plazca. Si al final deciden continuar conmigo, apreciaré mucho más su compañía. Estoy haciendo eso mismo con mi actual novia: pasa el tiempo, y sigue conmigo, y siento que es una relación más plena, libre y cómplice.
El divorcio es hoy una cosa de lo más normal. Hace menos de treinta años era ilegal. Yo estoy a favor de este otro tipo de divorcio, el regional, en vez de continuar una convivencia impuesta, que puede producir amargura. Yo creo que, dentro de unos años, este tipo de separaciones regionales pacíficas se verá con un poco más de serenidad. A mí no me gustaría divorciarme, voy a luchar con toda mi imaginación y con mucho trabajo para mantener esta pareja. La separación lo veré como algo doloroso, pero lo peor que podré hacer es obligar a alguien a que se quede conmigo contra su voluntad. Si, a pesar de mis esfuerzos, mi futura mujer decide irse, en vez de echarle las culpas solamente a ella, procuraré en todo caso analizar la actitud que tuve yo que pudo provocar esa espantada. Será mi mejor manera de crecer, y de ser más feliz.
Todo este razonamiento permisivo para con los independentistas, no me impide decir: ¡Viva España y vivan los éxitos policiales con los violentos! Yo también estoy ilusionado con el proyecto de España, pero no una España estática, sino una que sea reflejo del devenir de los tiempos, y de la voluntad de sus habitantes.
Enviado por el día 8 de Enero de 2004 a las 01:56 (6)
Me parece todo muy bonito, pero ¿quiénes son los vascos?
¿Por qué los españolistas no deben obligar a un Arzalluz, y sí éste a un Redondo Terreros? Porque si D. Nicolás no está de acuerdo con D. Jesús, ¿debe emigrar o tragar quina?
¿Y por qué los vizcaínos deben obligar a los alaveses?
¿Y por qué Deusto a Guecho?
¿Y por qué los de una calle a otra? ¿Y los del primer piso a los del segundo?
La autodeterminación se empieza muy fácil, pero cada uno entiende en diferente momento cuándo hay que decir "¡hombre, no hay que exagerar!"
En realidad, los que reclaman la autodeterminación sólo quieren decir que exigen el hecho (que no el derecho) a decir que son ellos los que autodeterminan a los demás.
Y además, si mediante un referéndum o similar, no lo consiguen, volverán a la carga; y hay que tener muy claro que en cuanto lo consigan, ni hablar de otro referéndum sobre el tema, porque ya estará decidido. Y quien no esté de acuerdo, exilio voluntario o viaje pagado, por ejemplo, a la Almudena (no la Catedral, sino el Cementerio)
Enviado por el día 9 de Enero de 2004 a las 00:34 (7)
Señor Twan, muy mal andas cuando debes hacer comparaciones con decisiones individuales para hablar de decisiones colectivas en una página liberal... X-D

Tu teoría es muy bonita. Lo malo es que las dos alternativas de este caso concreto no son comparables. La libertad es individual, no colectiva, y la diferencia de libertad individual en el País Vasco como España y en el País Vasco como País Vasco sin España (es decir, nacionalista) es abismal. Por eso me opongo al PNV y apoyo a Taiwan.
Enviado por el día 9 de Enero de 2004 a las 14:19 (8)
Cerrillo0:
Por lo que me parece entender, podríamos estar algo de acuerdo en el principio. Simplemente alertas de los múltiples riesgos de poner en funcionamiento ese mecanismo de voto, y de las consecuencias negativas de su aplicación.
Estoy de acuerdo con muchas de las alertas que enumeras, pero yo no creo que su existencia invalide todo el proceso. Me explico: desgraciadamente para mí, la mayoría no está siempre de acuerdo con lo que pienso yo (como nos pasa a todos), pero si quiero vivir en comunidad, tendré dos opciones: doblegarme a la voluntad de la mayoría, sea cual sea esta voluntad, o bien, cambiarme de comunidad si el cambio que la mayoría quiere me resulta tremendamente insoportable. Es la esencia de la democracia. Por tanto, en respuesta a tus preguntas:
- Al igual que las tesis de los nacionalistas vascos en el resto de España se suelen doblegar ante lo que quieren la mayoría de los españoles, en su tierra sus tesis tendrán más fuerza, pues constituirán la voluntad de la mayoría de los votantes. Si hay más número de Arzalluz que de N. Redondo en el País Vasco, los N. Redondo se tendrán que aguantar.
- Yo también tendré una mala conciencia si permito que esa mayoría de alaveses no secesionistas sea obligada a separarse contra su voluntad, casi por imposición de sus vecinos del norte, con los que no se sienten tan identificados. La solución que yo daría no es nueva, ni mucho menos: en la misma Constitución hay determinados supuestos (reforma constitucional, de los derechos fundamentales y libertades públicas...) cuya aprobación o modificación exige una mayoría absoluta en el Congreso (las leyes orgánicas). Se puede establecer la necesidad de un amplio consenso popular (70% - 80%) en un eventual referéndum de autodeterminación, y no una sencilla mayoría simple. De esta manera, el resto de los españoles nos quedaríamos con la conciencia más tranquila de no haber traicionado a los vascos españolistas, y de haber respetado lo que la mayoría del pueblo vasco libremente había querido hacer en este momento circunstancial del tiempo. Es más, podríamos ser una parte activa de este proceso de secesión “amigable”, y formar parte de un grupo de observadores bajo los auspicios de una entidad supranacional como las Naciones Unidas, que velaría por que los derechos de los alaveses no se vieran pisoteados. Los secesionistas tendrían su particular auditor independiente en esta entidad, que nos daría a toda la comunidad internacional ciertas garantías de que se iba a constituir un marco legal donde la voluntad de los alaveses (de volver a España, por qué no!) fuera respetada, así como una serie de mínimos de respeto a derechos humanos y libertades fundamentales en el conjunto del nuevo territorio. Digo “amigable” porque yo tampoco quiero llevar a nadie al cementerio de La Almudena: está en manos de todos nosotros a todos los niveles el que podamos extinguir esas chispas que tan fácilmente pueden saltar. Resulta difícil en un tema que levanta tantas pasiones, pero yo creo que será posible si relativizamos un poco esta demanda de independencia, y no nos asustamos de lo que podrá decir la historia de lo que hicimos con la desintegración de España. Yo me contentaré con que se hayan respetado las voluntades, tontas o no, de la mayoría del pueblo, y no exclusivamente la de algún iluminado.
- En cuanto a dónde pararnos en el proceso de permisividad, yo creo que en el estado en el que están las cosas, y dado que no ha habido reivindicaciones de nadie, no hace falta que legislemos sobre los vecinos del primero. Podemos permitir la posibilidad de secesión únicamente a las comunidades autónomas. En cuanto haya una presión social, es decir, una mayoría de mis vecinos empiecen a decir que quieren ser independientes, empezaremos a plantear la cuestión. Sinceramente, si llegáramos a esa hipótesis, yo ya me estaría preguntando qué hago rodeado de esa panda de locos, y si toda España estuviera con androides de ese estilo, me iría a otro país menos politizado, cuyas prioridades fueran distintas, a pesar de que estuviera obligado a aprender otro idioma.
- Un Estado que pregunta periódicamente a sus ciudadanos me parece que tiene buena salud democrática, y que tiende a satisfacer los deseos de los ciudadanos. Con las hipótesis que manejaba antes, desde ese supuesto grupo de observadores internacionales, se puede exigir que se prosiga en ese supuesto nuevo Estado independiente con esa serie de consultas a los ciudadanos. Sería una buena forma de asegurarnos de que la democracia sigue viva, y que si los gobernantes del nuevo Estado no lo están haciendo bien, se están riendo de los derechos básicos de los ciudadanos y demás, es posible que vuelvan con nosotros. La competencia pura y dura.
Enviado por el día 11 de Enero de 2004 a las 19:48 (9)
Multivac:
Por mucho que le doy vueltas, no entiendo por qué asocias liberalismo con esa imposibilidad de comparar lo individual y lo colectivo. He leído a muchos autores liberales clásicos y contemporáneos, y en ningún momento hacen referencia a ese punto. Te agradecería que me indicaras al autor o autores que aparentemente se me han debido escapar, y en qué momento lo dicen, ya que pareces estar tan puesto en lo que supone ser liberal... Los leeré con mucho interés, porque me sigue pareciendo normal que pueda extrapolar las decisiones individuales a las colectivas en una ciencia social.
Las libertades son individuales, de acuerdo. Pero para evaluar el grado de libertad de un colectivo, creo que lo más normal es sumar las distintas percepciones individuales de libertad. Para mí, un pueblo sería libre si la mayoría de sus habitantes piensan que son libres.
Estoy de acuerdo con que se respira una cierta falta de libertad en el País Vasco; en mi opinión, es más bien consecuencia de las fechorías de una minoría que mata y extorsiona, no de los que simplemente defienden el derecho a divorciarse del resto de España, porque creen que serán así más libres y felices.
Uno de los padres del liberalismo del siglo XVIII escribió: “Cuando el estado no contribuye a garantizar el derecho a la consecución de la felicidad ... el pueblo tiene el derecho, mejor dicho, la obligación de cambiarlo”. Lo escribía Thomas Jefferson (tras quejarse del trato que recibían por parte de Inglaterra), en la declaración de independencia (repito, independencia) de los Estados Unidos. Claro que, cuando lo dice Jefferson, forma parte del liberalismo clásico; cuando lo argumenta un nacionalista vasco, se trata de una “falacia nacionalista”. Esta última idea no es mía, sino de Xavier Sala-i-Martín, un economista que no creo que pueda ser tachado precisamente de antiliberal, y que defiende sus ideas de independencia de Cataluña desde postulados del liberalismo.
Curiosamente he encontrado un artículo que escribió en La Vanguardia donde él también hace comparaciones entre decisiones individuales y colectivas. (http://www.columbia.edu/~xs23/catala/articles/2001...)
Decía, entre otras cosas, que “El siglo XXI traerá el consenso entre los seres humanos de que las pertenencias y las fronteras las dibujan los ciudadanos con los votos y no como se ha hecho tradicionalmente, con la fuerza y con el derecho de conquista. Y si el marido quiere que la esposa se quede, deberá darle un mayor poder de decisión, deberá dejarla administrar su dinero y deberá aprender a tratarla con dignidad, respeto y justicia.”

Un saludo, y feliz domingo
Enviado por el día 11 de Enero de 2004 a las 19:59 (10)
Hola, Twan.

>Uno de los padres del liberalismo del siglo XVIII escribió: ?Cuando el estado no contribuye a garantizar el derecho a la consecución de la felicidad ... el pueblo tiene el derecho, mejor dicho, la obligación de cambiarlo?. Lo escribía Thomas Jefferson (tras quejarse del trato que recibían por parte de Inglaterra), en la declaración de independencia (repito, independencia) de los Estados Unidos.

Lo que dijo Jefferson, sin puntos suspensivos; creo que bien merece la pena leerlo sin mutilar:

"Sostenemos que estas verdades son por sí mismas evidentes: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre estos se encuentran la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad; que para asegurar estos derechos se instituyen entre los hombres gobiernos, los cuales derivan sus justos poderes del consentimiento de los gobernados; que cuandoquiera que alguna forma de gobierno se torna destructiva de estos fines es derecho del pueblo alterarla o abolirla, e instituir un nuevo gobierno, poniendo sus fundamentos en los principios y organizando sus poderes de la forma que juzgue que más verosímilmente llevará a su seguridad y felicidad."

Es decir, que es derecho (y deber también, en efecto, dos frases más allá) del pueblo alterar o abolir la forma de gobierno que "se torna destructiva" (no "que no contribuye a garantizar") de "la vida y la libertad" también, pequeño detalle sin importancia, no sólo de la "búsqueda" (y no la "consecución", que es imposible de garantizar) de la felicidad.

(Un inciso individualista: en inglés, "people", además del singular colectivo correspondiente a "Pueblo" en español, es un plural equivalente a "(las) personas" o "la gente", y en dos ocasiones se usa indudablemente como tal plural en la Declaración de Independencia, aunque no aquí. Lo señalo porque prefiero los plurales a los colectivos, pero a lo mejor quiero leer demasiado en la gramática).

Diría yo que Jefferson puso el listón algo más alto que lo que sugerías. Y aún lo sube un poco más:

"La prudencia, ciertamente, dictará que un gobierno largamente establecido no se cambie por causas leves y transitorias; y, de acuerdo con esto, la experiencia ha mostrado siempre que los hombres están más dispuestos a sufrir, mientras puedan sus males sufrirse, que a hacerse justicia aboliendo las formas a las cuales están acostumbrados."

Yo diría que, recíprocamente, a quienes estén dispuestos a cambiar la forma de gobierno por causas ni graves, ni perdurables, podremos tacharles de imprudentes. De modo que ¿qué será necesario para decidirse, efectivamente, a acometer un tal cambio?

"Pero cuando una larga serie de abusos y usurpaciones, que persiguen invariablemente el mismo fin, atestigua el designio de someterles a un absoluto despotismo, es su derecho, es su deber, derribar a un tal gobierno y proveer nuevas garantías para su futura seguridad."

Esto es lo que escribió Jefferson, lo más exactamente que pude traducirlo. Ahora dime sinceramente si te parece que el PP, o más bien España según los nacionalistas vascos el día en que por azar o cálculo son sinceros, tiene el evidente designio de someter al País Vasco a "un absoluto despotismo". Y, para comparar, repasa la lista de agravios que después menciona Jefferson.
Enviado por el día 12 de Enero de 2004 a las 00:54 (11)
Hola Marzo:

Te agradezco mucho que me hicieras estas matizaciones, y que adjuntaras el texto original para poder contrastarlo. En efecto, el entrecomillado no se atiene al texto al pie de la letra: ahora bien, que “una forma de gobierno se haga destructora del principio de la búsqueda de la felicidad”, o que una forma de gobierno no contribuya a la consecución de la felicidad, para mí viene a ser algo parecido, sólo que la segunda frase me suena un poco menos farragosa, y la entiendo mejor. (Por si acaso le sacas punta, he puesto destructora en vez de destructiva porque es la traducción oficial que he encontrado en la página web del Departamento de Estado americano). Entiendo que se pueda entrever un pequeño matiz autoritario en el adjetivo destructor, pero creo que en el contexto de la frase no tiene tal matiz, pues destruir principios es algo un poco vago. Si te he entendido bien, esto era lo que más te incomodaba de mi transcripción. Cierto, no estaban enumerados el resto de los principios (la vida y la libertad), pero era más bien una manera de evitar alejarnos del hilo conductor de la argumentación.

Y el objetivo de esa argumentación era simplemente el poner en evidencia cómo estamos satanizando a menudo las opiniones de los independentistas, cuando estimo que son unas tesis que siempre han existido, y que siempre existirán. Habrá diferencias de forma, pero creo que el fondo es parecido: los dos querían independizarse pero no se lo permitían las leyes de su Estado. Estoy ciertamente de acuerdo contigo tras la lectura de cada uno de los 25 agravios que citan en esta declaración, que la magnitud de las injusticias padecidas por los signatarios de la declaración de independencia de Estados Unidos parecen abismales a nuestros ojos comparadas con las injusticias evocadas por ciertos independentistas vascos o catalanes. Pero haber agravios, haylos: basta darse una pequeña vuelta por internet para poder encontrar sus 25 pequeños agravios, pequeños, pero que les pueden irritar y convertirse ahora mismo en grandes para ellos, como el diferente trato en la construcción de autovías sin peaje que pueden tener Madrid y Cataluña, o el oír continuamente en medios de comunicación públicos cómo se asocian los nacionalistas pacíficos a los etarras (ellos precisamente, que viven tan de cerca ese drama).

En respuesta a tu pregunta, sinceramente yo no estimo que la política oficial que está propugnando el PP desde el gobierno, ni la legalidad actualmente vigente en España, sean un absoluto nepotismo. Ni mucho menos. Creo que es un hecho bastante contrastable que la autonomía amparada por el marco constitucional actual es una de las más amplias del espectro europeo, por no decir mundial. Ahora bien, y dándole la vuelta a la tortilla como hacías tú también, ¿es necesario un absoluto nepotismo para justificar una reivindicación, cualquiera que ésta sea? Con el permiso de “multivac”, voy a volver al tema del divorcio. ¿Es necesario que tu mujer te esté dando palizas para que tú puedas justificar ante el juez que te quieres divorciar? ¿No podríamos evitar llegar hasta esos extremos y llegar a un punto de mutuo acuerdo antes de que la cosa vaya a mayores?

Estoy de acuerdo contigo (y con Jefferson) con que sería deseable ser prudentes, y evitar que estas decisiones se tomen a la ligera. Sin embargo, diferimos en los medios: si he entendido bien, aunque lo dejabas un poco en el aire, tu solución sería no permitir esta secesión (o más bien, únicamente en caso de absoluto nepotismo). Yo propongo otro tipo de soluciones, como le decía a Cerrillo0: leyes orgánicas, plebiscitos populares con mayorías suficientemente holgadas como para estar convencidos que es una decisión de amplio consenso. ¿Qué porcentajes serían? No lo sé, pero eso ya sería una cuestión de detalle: nos podrían echar una mano órganos consultivos como el Consejo de Estado, o árbitros o jueces internacionales, por ejemplo.
Pero yo pondría además otro tipo de soluciones para evitar ese divorcio desde ya mismo, puesto que, como decía, me encantaría que nuestros amigos vascos o catalanes siguieran formando parte de nuestro proyecto de Estado (por las buenas, no por las malas): escuchémolos, hablemos con ellos, es la mejor manera de ayudarles a decir “no” (lo sé, tampoco tengo el copyright, es el lema de la campaña contra la drogadicción).
Por mi parte, doy por concluidos estos interesantes intercambios sobre este tema. Desgraciadamente, no me dan de comer, y si me descuido y no mimo un poco a mi novia, también me va a dejar plantado. :-)
Buenas noches.
Enviado por el día 13 de Enero de 2004 a las 00:23 (12)
Hola, Twan. También tengo que dormir y esas cosas, así que seré breve e incompleto; por ejemplo, no repetiré cosas que ya he dicho, al parecer sin mucho efecto.

> me encantaría que nuestros amigos vascos o catalanes siguieran formando parte de nuestro proyecto de Estado (por las buenas, no por las malas)

Nuestros amigos vascos y catalanes se dividen, a estos efectos, en dos: los no independentistas y los independentistas. Los no independentistas ya quieren seguir formando parte de nuestro proyecto, etc, y lo que ven precisamente es que hay independentisas "por las malas", fíjate, tan por las malas que matan gente cuando pueden. Y a algunos independentistas "por las buenas" les preocupan más "estos chicos", es decir los independentistas asesinos, que al fin son "de los nuestros" (de ellos), que sus víctimas, que al cabo son unos españolazos.

Y los independentistas, precisamente, lo sean "por las malas" o "por las buenas", por definición NO QUIEREN seguir formando parte, etc, y NO QUIEREN ninguna ayuda para decir "no", porque lo que quieren es decir "sí". No quieren lo que nosotros queremos, sino exactamente LO CONTRARIO, y por tanto es, por decirlo suavemente, difícil llegar a un acuerdo.

Lo que quieren es la independencia, pues; unos directamente por las malas, otros se conforman con obtenerla por las buenas, pero también la aceptarán por las malas. Pero "por las buenas" significa por pasos irreversibles: cada nueva concesión que obtienen no es para ellos jamás definitiva, un techo, sino el nuevo paso de trinquete a partir del cual, inmediatamente, pedirán la siguiente concesión, y vuelta a empezar. Y una rueda de trinquete gira solo en una dirección: jamás admitirán perder nada de lo ya conseguido; después de todo, si se les ha concedido es que era suyo desde la eternidad, y la propia concesión es para ellos signo de la mala conciencia del Estado opresor y prueba de la opresión, por una parte (lo cual impulsa a exigir nuevas y justas concesiones), y de su debilidad, por otra (lo cual hace probable que se consigan fácilmente, lo cual alienta aún mas el pedirlas).

Todo les sale gratis; empeñan fortunas ajenas, vidas ajenas y, en cuanto al sagrado honor... Nada les es sagrado salvo los ídolos de La Tribu. Si no fuera así, la distinción entre asesino y víctima inocente les sería más importante que la distinción entre vasco y español, y los asesinos en nombre de la causa vasca serían baldón y oprobio para la causa y la patria vascas, en vez de blasón y orgullo.

Si parezco furioso, lo estoy. Y lo estoy porque los que son así son cobardes, hipócritas y viles. Cobardes porque aprovechan la mayor libertad política que ha habido nunca en España para clamar contra la supuesta opresión, no desde la cárcel, la clandestinidad o el exilio, sino desde los despachos oficiales de las instituciones del mismo Estado "opresor" que quieren derribar; hipócritas porque no pueden sino saber que, si no hubiera tanta libertad como hay, no tendrían ni la mínima oportunidad de éxito; y viles porque no dudan en aprovecharse del efecto, que estiman beneficioso para ellos, de los asesinatos de personas inocentes que cometen "estos chicos" que al cabo son "de los nuestros"; recoger las nueces del árbol que otros de su equipo van sacudiendo.
Enviado por el día 13 de Enero de 2004 a las 01:42 (13)

No se admiten ya más comentarios.