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9 de Octubre de 2004

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Todo un hombre de Estado
Bitácora de Juan Ramón Rallo Julián

El delito de competir


Ya advertí en otra ocasión que la izquierda odia la competencia porque, mayormente, ésta se basa en la diferenciación; mientras que el socialismo tiende a ser igualitarista e identitario. No en vano, el modelo económico neoclásico de Chamberlin, la competencia monopolística, se ve como un ejemplo más del capitalismo corporativo y anticompetitivo por el hecho de que, al diferenciarse, cada producto genera en sí mismo un monopolio.

El absurdo de tales pretensiones es elevado. Precisamente, la competencia consiste en diferenciarse, en ofrecer algo nuevo y mejor que el competidor para captar la demanda del consumidor. Imaginen un mercado donde todos los escritores publicaran los mismos libros, o donde todos los cantantes fueran idénticos entre sí; nuestra capacidad de elección se vería severamente cercenada ante la homogeneidad de todos y cada uno de los productos.

Trasladadas al ámbito televisivo, estas premisas han cristalizado en el verbo contraprogramar, es decir, el cambio de la programación de cada cadena, sin previo aviso, con la finalidad de obtener índices de audiencia mayores de los que, en caso contrario, se hubieran tenido. Evidentemente, no es una decisión gratuita y sin costes asociados. El consumidor suele buscar una cierta regularidad y seguridad, aborrece la imprevisión y la incertidumbre. Imaginen que cada día cambiaran en el supermercado la disposición de los productos; obviamente, ese supermercado pronto terminaría por cerrar ante el enorme coste temporal que realizar una actividad rutinaria requeriría.

Sin embargo, cuando una cadena decide contraprogramar es porque espera obtener, al menos a corto plazo, un cierto beneficio. Conviene recordar, una vez más, que los beneficios obtenidos por los productores no son más que un reflejo de beneficios previos obtenidos por los consumidores. Ergo, si la cadena de televisión espera obtener un beneficio por contraprogramar será porque espera que los consumidores también lo consigan.

Pues bien, el Consejo de Ministros ha multado a Tele5 con 350000 euros por haber cambiado el horario de emisión de Los Serrano, sin haberlo comunicado con los pertinentes 11 días de antelación. Si no recuerdo mal, la estrategia de Telecinco fue trasladar Los Serrano al miércoles para que compitiera con la nueva serie de Emilio Aragón en Antena3. El resultado fue que Telecinco fue más vista que Antena3, pero con una reducción del número habitual de espectadores de Los Serrano.

Al Estado no le gusta que las cadenas compitan entre sí, que improvisen y sorprendan... aún a riesgo de equivocarse. Quiero controlar, dominar y planificar. No quiere que Telecinco sirva de una mejor manera a los espectadores que Antena3, de manera que ésta tenga que esforzarse en servirlos aún mejor. No debe haber competencia, sino sosegada y aburrida coexistecia. Cada televisión tiene su parcela que no debe ser invadida por las demás. Si éste es la ideología que predomina en TVE1, ya podemos explicarnos muchas cosas.

Comentarios

 
Soy mexicano no conosco mucho de la television española a no ser de lo que veo por TVE internacional atravez de cable.
Pero recuerdo que un periodista liberal Sergio Sarmiento reseñaba en su columna a inicios de año sobre una reunion en europa en la que se trato el impacto y etica de los medios.
La gran mayoria de los participantes pedian que la television publica deberia tener mayor espacio y prefencia que la television privada.
Lo que a Sarmiento mas le sorprendio fue que un liberal (no se refirio a quien) le dijo la unica empresa que deberia ser estatal es la television ¿Por que? Bueno pues por que asi con el tiempo se volveria muy aburrida y la gente para su esparcimiento buscaria otras ofertas como leer o ir al teatro o al cine o hasta conversar cualquier cosa es mejor que quedarse como zombie ante el televisor.
Enviado por el día 9 de Octubre de 2004 a las 17:48 (1)
Estimado Juan Ramón: comentas que el Estado interviene sobre la televisión y ellos se justifican en que es "para mejorar la calidad y eliminar la telebasura".

Dos errores en el razonamiento estatal:
1.- Manipulando se arregla la cosa (tu réplica es perfecta).
2.- La tele es una mierd* y hay que manipularla para garantizar contenidos de calidad. Pues en ese caso, existe la posibilidad de... apagarla... y hacer cualquier otra cosa: leer un libro, eschuchar la radio, hacer el amor con tu pareja, deporte...

Será porque no hay otra cosa que hacer a parte de ver la tele...
Enviado por el día 9 de Octubre de 2004 a las 18:02 (2)
Qué abuso. Ojalá Tele5 pueda defenderse legalmente.
Enviado por el día 10 de Octubre de 2004 a las 00:13 (3)
¿Y qué me decís de esto...?
Francia. El organismo rector y de control es el Consejo Superior del Audiovisual. Se han impuesto multas severas y por ello infrecuentes a la menor infracción. En 1994 fue sancionada TF1 por dos excesos de publicidad sucedidos en dos días uno en 1992 y otro en 1993 totalizando 175 segundos entre ambos, informa Iñaki Gil. El Consejo cifró la multa en 16.000 francos (unas 400.000 pesetas) por segundo, con lo que la cadena pagó 2.800.000 francos (70 millones de pesetas) por menos de tres minutos de exceso de emisión.
La verdad, porque a uno lo van acostumbrando poco a poco y ya nada le asombra, pero partiendo de cero, toparse con regulaciones de esta índole es como que...
Enviado por el día 10 de Octubre de 2004 a las 01:58 (4)
Pues a mi en el fonfo me ha hecho gracia la noticia. Que poco agradece el gobierno a Tele5 los servicios prestados.
Con lo sencillito que sería subastar el espectro y permitir la entrada de más cadenas privadas...
Enviado por el día 10 de Octubre de 2004 a las 22:57 (5)

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