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27 de Julio de 2005

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Todo un hombre de Estado
Bitácora de Juan Ramón Rallo Julián

Otro torpe manifiesto


Si ayer comentábamos un manifiesto monetario de escaso recorrido, hoy pasamos a analizar otro de peor contenido. Me limitaré a comentar sus diez propuestas, pasando de la introductoria retórica en la que se intenta justificar la adopción del socialismo con los tópicos habituales.

1 . Bajar los tipos de interés real (Selic) al mismo nivel practicado en Estados Unidos y en países vecinos de América del Sur, como Venezuela y Argentina, o sea, alrededor del 2,5% al año, y no al actual 19,75%. Controlar las tasas de intereses cobradas por los bancos a los comerciantes y consumidores que llegan a más del 100% al año.

Esta propuesta es una clarísima llamada al ciclo económico. Por explicarlo brevemente. El tipo de interés refleja la preferencia temporal de la sociedad; esto es, cuanto están dispuestos a ahorrar y cuanto a consumir. Esto permite al tipo de interés regular la inversión de una manera sostenida. Sin ahorro no hay posibilidad de inversión. ¿Razón? La inversión en capital toma un largo tiempo; para que esa inversión sea económicamente rentable, los consumidores deben estar dispuestos (a través del ahorro) a esperar hasta su maduración.

Por poner un ejemplo exagerado pero que se entiende bien. Imaginen que un empresario toma parte de los recursos de la sociedad para emprender un proyecto cuyos frutos obtendremos en 100 años. Esto significa, básicamente, que esos recursos estarán siendo empleados durante 100 sin que produzcan ningún resultado, cuando podrían haberse dedicado a proyectos alternativos, de maduración más breve (aun cuando de productividad inferior). ¿Hay que permitir que esos recursos sean empleados en el proyecto de 100 años o deben emplearse en proyectos que maduran en un mes? Esto viene regulado por el tipo de interés.

Para bajar el tipo de interés tiene que hacerse algo bastante sencillo y diabólico: expandir la oferta monetaria. Esta oferta monetaria recién creada se filtra al mercado crediticio, incrementando la oferta de fondos prestables (esto es, incrementando artificialmente el nivel de ahorros). La inversión necesita de ahorro real (en bienes y servicios que permitan sustentar el nivel de producción inalterado), no de ahorro fiduciario. Pero el ahorro fiduciario sí reduce el tipo de interés, con lo cual muchos proyectos que antes no eran rentables ahora sí lo parecen. Para poner ejemplos de la vida cotidiana: si los tipos de interés están al 20% poca gente tomará dinero prestado para emprender un negocio, si están al 1%, muchos lo harán. Aquí empezará la fase expansiva del ciclo económico.

Pero como decimos, no se ha producido un aumento del ahorro real, por lo que se emprenderán más proyectos y de duración más elevada (por ejemplo proyectos que maduran a 10 años) sin que la gente esté dispuesta a esperar tanto a obtener los productos. La consecuencia será que, una vez emprendidos, muchos proyectos se volverán no rentables y quebrarán. Aquí empezará la fase bajista del ciclo económico.

2 . Cambiar la actual política de superávit primario en el presupuesto de la Unión, que destina abultados recursos públicos, sólo para pagar intereses. Destinar los 80 billones de reales, recogidos por el gobierno ese año, a inversiones que generen empleo, en educación, agricultura familiar, reforma agraria, salud y vivienda.

Esta propuesta, combinada con la anterior, sí resulta del todo absurda. Primero, el superávit primario NO es un superávit presupuestario. El superávit primero se obtiene restando los gastos a los ingresos, pero no todos los gastos, pues se exceptúan los intereses. En otras palabras, sería un superávit si no hubiera intereses.

¿Por qué combinar déficits presupuestarios con la reducción de tipos de interés es catastrófico? Como hemos dicho, para que los empresarios terminen sus proyectos de inversión necesitan un fondo de subsistencia (ahorro). El ejemplo de Robinson Crusoe es claro: si Robinson quiere construir una cabaña, antes tendrá que haber acumulado frutas silvestres suficientes para alimentarse durante el tiempo que estará construyendo la cabaña y no recolectando frutas. La reducción de tipos de interés implica que a Robinson se le dice que tiene más frutas de las que realmente posee, con lo cual llegará un momento en que no podrá continuar construyendo la cabaña pues tendrá que comer.

¿Qué papel juegan los déficits? Para financiar los déficits el gobierno tiene que emitir deuda pública, que es adquirida por los ciudadanos a cambio de sus ahorros. En otras palabras, el déficit público reduce la cantidad de ahorros de la sociedad. Con lo cual, justo en el momento en que los ahorros más se necesitan (durante una crisis económica para terminar algunos de los proyectos comenzados por el engaño del tipo de interés artificialmente bajo), estos se reducen. Imaginen que primero engañamos a Robinson Crusoe diciéndole que tiene más frutas de las que realmente posee y luego, además, le quitamos otra parte de esas frutas. Criminal.-

3 . Duplicar, este año de 2005, el valor del salario mínimo y el piso del valor de las jubilaciones a 454 reales mensuales, y ampliarlos a 566 reales, en mayo de 2006, apuntando a distribuir renta y mejorar las condiciones de vida de los más pobres, honrando así los compromisos asumidos por el Gobierno Lula en la campaña electoral.

Sobre el salario mínimo ya hemos comentado lo suficiente (Aquí, aquí y aquí), básicamente o es inútil (cuando el salario mínimo es inferior al salario que el trabajador percibe) o es nocivo (cuando es superior o, por tanto, causa paro)

4 . Recuperar el control gubernamental y público sobre el Banco Central y sobre la política monetaria. Impedir la autonomía del Banco Central, que ya está siendo adoptada por sus directores, en contubernio con los intereses de los banqueros y del capital financiero internacional.

Este punto hay que ponerlo muy en relación con el primero. Sin Banco Central controlado no es posible reducir el tipo de interés. Lo cierto es que un Banco Central dependiente es mucho peor que uno dependiente en cuanto a la política monetaria (pues tienden a producirse los ciclos político-económicos, esto es, provocar la fase alcista del ciclo en período electoral y sufrir la crisis a mitad de la legislatura). Sin embargo no estoy muy seguro de que un Banco Central independiente sea estratégicamente mejor que uno dependiente del gobierno. El motivo es que un Banco Central independiente crea la ficción de una tecnocracia que hace las cosas "bien", cuando en realidad sigue haciéndolas fatal.

5 . No suscribir el acuerdo de ALCA y no aceptar las reglas de la OMC (Organización Mundial del Comercio) que afecten la economía brasileña y los intereses del pueblo.

No es que me moleste que no entren en Uniones Aduaneras neomercantilistas que, en ningún caso, representan el ideal del libre comercio. No obstante me temo que el tufo que destila esta propuesta es totalmente contrario al libre comercial. En otras palabras, adios a la inversión extranjera y adios a la ventaja comparativa. Un régimen semiatárquico destinado a la pauperización.

6 . Realizar una auditoría pública de la deuda externa, como determina la Constitución, y renegociar su valor, ya pagado varias veces. Usar los recursos enviados al exterior para su pago, para invertir en educación y derechos sociales.

Es curioso que ninguna propuesta pase por devolver el dinero a los brasileños. De lo que se trata es de posibilitar el máximo gasto del gobierno. Las auditorias pueden ser necesarias siempre que no sirvan para cometer fraude y no pagar a los acreedores.

7. Cambiar las actuales reglas de reajuste de las tarifas de servicios públicos fundamentales como energía eléctrica, agua, teléfono y transporte público. Revisar y reducir las actuales tarifas que alcanzaron valores prohibitivos y de despojo de todo el pueblo brasileño, en provecho de grupos oligopólicos que pasaron a dominar estos sectores después de la privatización.

La típica excusa de los precios prohibitivos es excesivamente recurrente para justificar la injerencia del Estado en determinados sectores básicos. El problema es que si se fija un precio por debajo del de mercado la consecuencia es el desabastecimiento. No hay vuelta de hoja.

8. Paralizar de inmediato las rondas de subastas de explotación de las áreas petroleras. Cambiar la ley 9478/97 y garantizar la nacionalización del petróleo con la exclusividad de la explotación por la Petrobrás.

La nacionalización sólo garantiza el atraso industrial y el despilfarro de recursos en la industria petrolífera. Primero porque una nacionalización detendrá y desestimulará la inversión occidental (¿Quién quiere invertir en un país donde estas cosas pueden suceder?). Segundo, la industria será infinitamente menos competitiva que si fuera privada (habida cuenta de la mala planificación socialista de la función empresarial). Tercero, se politizará el comercio del petróleo, corrompiendo aun más las estructuras del Estado (véase Venezuela).

9. Garantizar la participación de representantes de la sociedad brasileña y de los propios trabajadores en todos los consejos de administración de las empresas públicas y autarquías, en todos los niveles: federal, provinciales y municipales.

Otro típico ejemplo de coorporativismo de corte fascista que tanto caracteriza a la izquierda. Otra manera que crear chupópteros y de garantizar la ineficiencia de las empresas públicas (repito: otra manera, ni la única ni la más importante).

10. Adoptar una política que proteja la riqueza nacional, combatiendo la remesa de dólares hacia el exterior, en forma de transferencias, sobrefacturación de las transacciones, utilidades, royalties, etc., garantizando su inversión en Brasil. Promover la repatriación de los recursos enviados de forma legal, sin embargo ilegítima. Adoptar medidas que protejan nuestra economía de la vulnerabilidad externa.

Simplemente ridículo. Si no se permite a los inversores extranjeros sacar los frutos de sus empresas del país (por ejemplo, para gastarlos en España), ¿para qué deberán invertir? Esta propuesta es del todo coherente con sus deseos de convertir Brasil en una autarquía; si toda la inversión debe quedarse en Brasil, simplemente se cortocircuita la razón que motiva la inversión extranjera. Es más, de la misma manera, se prohibirá a los ciudadanos brasileños invertir sus fondos en aquellos proyectos extranjeros que proporcionen una mayor rentabilidad (pues no podan sacar sus inversiones del país).

Si combinamos esta propuesta con la primera y la segunda tenemos un coctel explosivo. Y es que, después de promover una ampliación de la estructura de capital a través de la reducción del tipo de interés, se impide a los inversores extranjeros que respalden esos proyectos con sus ahorros. En conclusión, pues, se sientan las bases para un ciclo económico calamitoso que, además, se verá agravado por la regulación laboral, como el SMI (que impedirá la recolocación de los trabajadores durante la crisis económica desde los sectores más alejados del consumo a los más cercanos) o la inversión en empresas públicas (que reducirán aún más el volumen de ahorros disponibles).

Y lo peor de todo es que muchos políticos españoles y europeos suscribirían este programa.

Comentarios

 
Eso es lo grave, que la mayoría de los políticos firmarían algo así. O es la ignorancia (caso de la masa) o es claramente el oportunismo y la rapiña de la clase del estado, o sea los políticos burócratas y demás prebostes parasitarios. De nuevo, magnífica falsación..... ¿qué más decir?. Un abrazo.
Enviado por el día 27 de Julio de 2005 a las 14:38 (1)
Yo leo lo de las nacionalizaciones, la renegociación de la deuda, los intereses del pueblo,¡¡¡lo de repatriar los recursos enviados de forma legal pero ilegítima!!!... y me entran sudores. Lo malo es que esta economía es la que las Izquierdas mundiales aprenden en dos tardes.
Enviado por el día 27 de Julio de 2005 a las 17:30 (2)
buena disección Rallo ;-)
Enviado por el día 27 de Julio de 2005 a las 18:35 (3)

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