12 de Noviembre de 2006
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De anarquía en anarquía hasta el comunismo final
Os advierto de que no es más que una curiosidad. Pero de peña en peña he bajado por el gran valle de Internet hasta dar con un artículo llamado La escuela de la anarquía en un enlace, este, en que viene junto con otro artículo (cosas de la vida).
Son a cual peor, pero me llama la atención el segundo, que como digo se llama La escuela de la anarquía, y que es una especie de declaración de principios del Colectivo Pandeia.
Los anarquistas son, en general, buena gente. Pero tienen una empanada mental absolutamente fabulosa. Y por lo general son incapaces de darse cuenta de hasta qué punto. No entienden la propiedad privada, no entienden la libertad, no entienden la vida en sociedad… En fin, un desastre. Pero al menos son anarquistas y están, en teoría, contra toda opresión.
¿Contra toda? ¡No! Porque ellos, que entienden cualquier acción sobre o con otra persona como opresión, si quieren algún tipo de “acción colectiva”, aunque la desnuden de todas las demás influencias que ellos llaman opresión, siempre tiene que quedar alguna. Porque, si no, no sería acción colectiva, sino una sociedad atomizada, a lo que en realidad le llevarían sus ideas si fueran mínimamente coherentes y honrados. Y ya puestos a que haya opresión ¿no será la suya mejor que la de los demás?
¿A qué viene todo esto? Pues al dichoso artículo. Os lo pego, pero os advierto de que no tenéis porqué leerlo entero, que basta con cogerle el tranquillo. Ahí va:
Recogemos este fragmento de pedagogía libertaria en el libro “La Escuela de la Anarquía” de Josefa Martín Luengo, “Colectivo Paideia”, editado por Ediciones Madre Tierra, Madrid 1993. Los puntos fundamentales que debemos tratar en una educación basada en una ética de la anarquía, son:
1. Frente a la coacción paterno-materno sobre la dependencia de los niños y niñas, por la satisfacción de los deseos primarios de éstos a cambio de la sumisión. La coacción de la autonomía, evitando la satisfacción inmediata de estos deseos, y el impulso a conseguir lo que se desea desde una toma de independencia individual y grupal.
2. Frente a la coacción social de la competitividad libresca y titular, la introyección de la cultura autónoma, autodeterminada e igual para todos y todas según sus capacidades, intereses y aptitudes.
3. Frente a la coacción social de la violencia como forma de conseguir el éxito y el dominio social, el diálogo razonado y el acuerdo grupal.
4. Frente a la coacción social del consumo y adquisición de objetos para delimitar las clases sociales y crear la falacia de la libertad, la autogestión como reparto equitativo y austero de los bienes que pertenecen a un colectivo.
5. Frente a la división del trabajo como forma de perpetuar las diferencias y luchas de clases, el reparto equitativo del trabajo en todas sus modalidades para establecer un colectivo equitativo justo.
6. Frente a la coacción moral que la sociedad hace en la aceptación o infracción de sus normas y leyes convivenciales y discriminativas. La ética de la solidaridad, la tolerancia en los errores, la aceptación de los abusos y el rechazo de la hipocresía, la mentira y la manipulación.
7. Frente a la coacción moral que la sociedad hace con el adoctrinamiento del bien y el mal, acomodaticio a unas normas estatales y rentabilizadoras de una estructura social, la coacción del desarrollo de la razón, la inteligencia y la cultura como liberación.
8. Frente a la coacción moral que la sociedad introyecta del individualismo y el egoísmo, con su defensa de la propiedad privada, la coacción moral del colectivismo, el reparto de bienes y el derecho de todos y todas a gozar equitativamente de todos los bienes que la naturaleza ofrece para poder vivir con placer.
9. Frente a la coacción moral que la sociedad impone de la represión sexual. La coacción moral de una sexualidad libre, carente de tabúes sin más limitaciones que la libertad de las demás personas.
10. Frente a la coacción moral de la división de los sexos en roles predeterminados, la coacción moral de la igualdad, como personas que, cada una según sus peculiaridades, aporta a una colectividad para mantener la justicia, la equidad y la creatividad.
11. Frente a la coacción moral de una cultura de la imagen manipuladora en exceso, la coacción de una cultura del libro, las ideas y la ciencia.
12. Frente a una coacción moral pública de la división de la sociedad en pobres y ricos, listos y tontos, elegidos y masa. Una coacción moral de la igualdad y de la diversidad en una sociedad sin privilegios.
13. Frente a una coacción moral del embrutecimiento de la sensibilidad, por el pragmatismo, la satisfacción de los instintos primarios y el embrutecimiento de la imagen, el sonido y la productividad. Una coacción moral del desarrollo de la sensibilidad, el afecto y la generación de los productos necesarios para mantener una vida digna.
14. Frente a la coacción moral pública del individualismo egoísta y de la familia generadora y reproductora de todos los males sociales, la coacción hacia el grupo natural, las relaciones libres y la generosidad.
15. Frente a la coacción moral del establecimiento de roles sexuales fomentadores y perpetuadores de la familia. La coacción moral de la libre relación sexual sin apelativos, marginaciones
o permisividades según los deseos de las personas sin ninguna finalidad estructurada, como base de la generación de una sociedad diferente donde los lazos de unión son solidarios y libres y no estereotipados y sujetos a coacciones conservadoras propias de una sociedad inmovilista y no anárquica.
Y la traca final. Son tan tan tan opuestos a la opresión, a la coacción, que lo que proponen es exactamente eso: imposición, coacción, opresión, pero con ellos al mando. Porque la coda de la declaración de Josefa Martín Luengo es una cita de un auténtico miserable, Reich. Ved:
16. Frente a la coacción moral pública de la norma, la ley y la moral burguesa que requiere y demanda el Estado. La moral natural libre de prejuicios, ataduras y reglas de sometimiento.
Por lo que: “Es necesario absolutamente e indispensable una conciencia social y una politización de la vida personal diaria” (Reich, W., La revolución sexual, pág. 15, Edit. Ruedo Ibérico, 3ª edic., 1978).
Y esta sustitución de la “opresión social” por la propia de los anarquistas, ¿por qué? Leamos a Josefa, en las últimas palabras:
Y en eso debe incidir la Escuela de la Anarquía, en recrear una conciencia social y política personal que sea diametralmente opuesta a la establecida en esta sociedad, para evitar su perpetuación y poder tener la posibilidad de establecer las bases de una nueva sociedad humanamente responsable, social y personalmente.
Es decir, hacerle el trabajo sucio al comunismo.
Vía ... y viceversa.
Ver también: Una definición de anarquía.Comentarios
La "conciencia social" son ellos. Es el martillo que utilizan para clavar su ideología en los niños.
punk de accion directa no de punky como la karetiada de la tele,si kieren hablar o charlar o dicutir todo piola mi msn ch4n90@hotmail.com
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