25 de Enero de 2007
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Bitácora de Juan Ramón Rallo Julián
El mito de la tecnoestructura
Ayer publiqué en el IJM una crítica a una de las ocurrencias más famosas de Galbraith, la tecnoestructura omnipotente e imbatible.
El mercado sí posee diversos instrumentos para corregir la tendencia de una mala gestión empresarial. Por un lado, encontramos los controles internos, es decir, mecanismos de remuneración basados en el valor creado por los propios directivos que puede llegar al extremo de convertir a los propios directivos en propietarios de acciones.Leer más
Por otro, tenemos los controle externos. Una empresa que insufle valor en proyectos de muy bajo rendimiento cotizará por debajo de su valor contable dado que los accionistas querrán liquidar sus acciones para invertir en otras empresas donde puedan lograr una rentabilidad mayor a un riesgo análogo.
Comentarios
El economista canadiense obvia una cuestión esencial en la vida económica: la empresariabilidad, es decir el olfato empresarial para saber qué hay que fabricar para poder venderlo y a qué necesidades del consumidor se responde con ello. Algo que sale de la órbita técnica de los meros tecnócratas o directivos.
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