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2 de Junio de 2008

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Todo un hombre de Estado
Bitácora de Juan Ramón Rallo Julián

La Fed, responsable del alto precio de las materias primas

Hace unos meses, en el primer boletín del Observatorio de Coyuntura Económica del IJM escribí:

Los Bancos Centrales expanden el crédito con la esperanza de que los nuevos fondos fluyan hacia los mercados monetarios, de modo que la abundancia de numerario permita prestar el dinero a tipos de interés más reducidos. Esto alivia a las familias y empresas que soportaban el riesgo de interés, pero también induce a los bancos, que acaban de tener acceso a un crédito más barato, a prestar a un tipo fijo más reducido (esto es, que estén dispuestos a prestar a un tipo fijo bajo o a adquirir bonos que proporcionen una baja rentabilidad).

El problema es que esto sólo funciona así cuando no se conciertan los préstamos en una moneda que se está depreciando a marchas forzadas. En esos momentos, los bonos a tipo fijo están prometiendo devolver en el futuro una cantidad de numerario cuyo valor será mucho menor al actual; o, dicho de otro modo, existen tipos de interés reales negativos. Y al mismo tiempo, los mercados de materias primas continúan con una tendencia alcista en el medio plazo.

La consecuencia es obvia: la liquidez adicional que los bancos centrales proporcionan en los mercados monetarios no afluye hacia el mercado de renta fija, sino hacia el de materias primas, ya sea comprando contratos de futuros para revenderlos con ganancia, adquiriendo materias primas al contado y atesorándolas o incluso adquiriendo acciones de empresas relacionadas con la extracción y gestión de las materias primas. No sólo eso, es muy posible que los tenedores de bonos a tipo fijo decidan vender sus bonos e invertir también los saldos obtenidos en materias primas.

A los bajos tipos de interés que proporciona el Banco Central, resulta conveniente apalancarse para invertir en materias primas, por lo que la presión vuelve a trasladarse sobre el monetario, que también verá incrementado sus tipos de interés. Tenemos al mismo tiempo un incremento en el precio de las materias primas y de los tipos de interés.

Hace diez días Michael W. Masters, de Masters Capital Management, LLC, realizó una importante declaración ante el Senado de EEUU donde viene a corroborar esta explicación de la actual burbuja en el mercado de materias primas. Por resumirla:

- Los inversores institucionales (como fondos de pensiones o fondos soberanos) se han convertido en especuladores institucionales. Si en 2003 tenían 13 mil millones de dólares en el sector de materias primas hoy 260 mil.
- Sólo en 2008 ya han depositado 55 mil millones de dólares adicionales.
- El incremento de la demanda de petróleo de estos especuladores institucionales durante los últimos cinco años es prácticamente igual al incremento de demanda anual de petróleo de China en los últimos cinco años, a la que se le atribuye buena parte de la responsabilidad del alza del crudo.
- Estos especuladores institucionales se diferencian de los especuladores tradicionales en que: a) Compran tantos contratos de futuros de materias primas como necesiten, sin importar el precio, b) los especuladores institucionales práctican un roll-over permanente de los contratos de futuro, nunca venden, c) los especuladores tradicionales proporcionan liquidez al comprar y vender contratos, los institucionales consumen liquidez.
- El petróleo retenido por los especuladores institucionales mediante el roll-over de los contratos de futuros ya supone 1.100 millones de barriles de petróleo, alrededor del 40% del consumo anual de petróleo chino.

Conclusiones personales: la depreciación progresiva del dólar que ha instado la Reserva Federal (y que ha acelerado durante el último año) ha provocado que los inversores institucionales (que tradicionalmente se concentraban en bonos de inversión y acciones de blue chips) liquiden sus posiciones en estos sectores (debido a que no son capaces de protegerles de la inflación) y se coloquen en el de las materias primas como depósito de valor (de ahí que consuman liquidez y no les importe el precio al que entran).

Pero esta burbuja también tiene límites. En cuanto los inventarios se vuelvan desproporcionadamente caros de mantener y los fundamentales de las materias primas (las razones por las que realmente se demandan materias primas) se debiliten por la crisis, la burbuja explotará y entonces la contracción crediticia sí se agravará.

Comentarios

 
No sé si habrás leído el artículo de ayer del Mises, de Frank Shostak: The Oil-Price Bubble
http://www.mises.org/story/2999
Enviado por el día 3 de Junio de 2008 a las 16:55 (1)

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