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6 de Mayo de 2006

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Todo un hombre de Estado
Bitácora de Juan Ramón Rallo Julián

Algunos errores asociados a defender la defensa estatal


La praxeología de la violencia es, como decía Kantor en otro post, uno de los campos más vírgenes de la ciencia económica. De ahí que las discusiones en este ámbito suelan ser caóticas y poco sistemáticas, dado que aun no disponemos de un arsenal teórico suficientemente desarrollado. Ello, no obstante, no impide aplicar al estudio de la guerra muchas de las conclusiones sólidas de las que ya dispone ciencia económica.

El otro día Coase escribió un post bastante discutible sobre el asunto, donde pretendía probar la supuesta imposibilidad de proveer la defensa nacional, habida cuenta del problema de los free riders. Hoy Isidoro Lamas responde a una pequeñísima parte de mis comentarios al post de Coase, aunque no entre en el fondo del asunto y confunda el significado de mis palabras. Coase y yo discutimos sobre la viabilidad de un sistema de defensa privado y sólo de manera accidental sobre su eficiencia (al fin y al cabo, para que algo sea eficiente debe poder existir).

El primer error grave de Isidoro es intentar utilizar una de mis conclusiones teóricas contra mi mismo: Como Rallo reconoce en uno de sus comentarios, la violencia no es un hecho que puedan preveer los agentes de una economía y, por ello, la defensa en un entorno hostil no se puede dejar a elementos privados ya que son sumamente inoperantes en una guerra como la que barajamos.

Esto, claro está, no tiene nada que ver con lo que yo dije. Mis palabras fueron: "la violencia es un evento no asegurable, ya que no cabe estimación probabilística de la misma (y por tanto no puede calcularse prima de riesgo)". De mis palabras a la torcida interpretación que hace Isidoro media un universo teórico. Que no puedas asignar una probabilidad a un evento que, fundamentalmente, depende de la libre volición humana no significa que no puedas preverla empresarialmente. Por supuesto toda previsión puede ser errónea y en muchos casos lo será; pero es posible. Por ejemplo, yo no puedo conocer la probabilidad de quién ganará el campeonato de Fórmula 1 este año, pero sí puedo prever y esperar que lo gane Alonso. Yo no puedo conocer la probabilidad de que Evo Morales invada el mes que viene España, pero puedo intentar prever si lo hará o no. De hecho, esa operación es la que intenta hacer todo Estado cuando decide el montante de su gasto en defensa; si prevé un ambiente hostil lo incrementará, si prevé un ambiente pacífico lo reducirá (o al menos eso es lo que debería hacer el técnico en defensa nacional por el que los minarquistas abogan).

En otras palabras, la guerra no es un evento asegurable, pero ello no significa que no sea manejable. En caso contrario, los minarquistas se verían abocados a reconocer que toda la política estatal en materia de defensa es puramente arbitraria (y en parte lo es, pero no por este motivo). Las compañías privadas pueden, casi del mismo modo que un Estado, incrementar sus gastos en defensa ante sus juicios sobre la hostilidad del entorno.

Sin duda el Estado tiene una ventaja fundamental: su poder coactivo para imponer la validez de sus opiniones. Pero incluso en este caso se trata de una ventaja limitada. No entraré en el tema de la situación de absoluta insolvencia en el que se encuentran muchos de los Estados occidentales y que, por tanto, les impide endeudarse en lo sucesivo. Al fin y al cabo, una de las ventajas de ser minarquista es poder asumir que existe un Estado absolutamente idílico que gestionará de manera racional los recursos y que tendrá holgura financiera suficiente. La ventaja expoliadora del Estado en materia militar sigue siendo limitada porque incrementos fiscales muy fuertes supondrían una rebelión interna.

Por ello, los instrumentos del Estado siguen siendo esencialmente persuasivos: si quiere incrementar notablemente el gasto militar deberá convencer a la población de que es una medida necesaria. Algo que también pueden hacer las propias compañías de seguridad privada.

Si acaso podemos pensar que la capacidad coactiva supone una ventaja en el muy corto plazo, ya que permite reconvertir recursos civiles en militares a una gran velocidad (en caso de un ataque externo no previsto). Sin embargo, tampoco esto supone una gran diferencia con las empresas privadas; parece bastante evidente que la gente estará dispuesta a incrementar su gasto en defensa cuando sufra un ataque exterior.

Y todo esto no tiene nada que ver, como dice Isidoro, con la guerra de guerrillas o el terrorismo. Estos instrumentos pueden ser medios de defensa complementarios ante un ataque exterior, pero no el eje central. Como ya he explicado en otras ocasiones, en un territorio de jurisdicciones cruzadas, donde convivan clientes de varias agencias de seguridad, el ataque a un territorio supone una declaración de guerra a todas las agencias. Se abre la puerta, así, a la necesaria colaboración y alianzas para la ejecución de los gastos más importantes en que deban incurrir (armamento pesado), del mismo modo en el que las empresas hoy en día ya colaboran a través de acuerdos de I+D.

La afirmación de Isidoro, por tanto, está coja: Las economías libres no generan, ante una hostilidad indeterminda o indeterminable (como, insisto, Rallo reconoce), el stock de armamento pesado que sería necesario para poder siquiera aspirar a resistir un embate del enemigo con ejército regular, eso sólo lo puede hacer el estado.

No sé de qué modo llega a tal conclusión. Primero, como ya hemos visto, yo no reconozco nada de eso salvo cuando se me lee mal. Segundo, las distintas empresas pueden unir, coordinar e integrar sus cuerpos permanentes de asalariados (muy en el modelo de "ejército profesional") para repeler a los enemigos externos. La objeción de que esos acuerdos son demasiado a largo plazo para que sean viables no se sostiene, sólo recordemos que los proyectos en I+D maduran alrededor de los quince años, plazo suficiente como para amortizar buena parte del armamento pesado.

Acto seguido, eso sí, parece que para Isidoro el problema del armamento es residual y se inclina por profundizar en la organización militar: Lo que pasa, y esto echa por tierra todo debate que sobre stocks quisiesen plantear los ancaps, es que ni siquiera un stock determinado de armamentos convencionales (hablamos de una guerra industrial, factor nuclear excluído), incluso siendo de mejor calidad que los del enemigo, puede asegurar la victoria: ni siquiera puede asegurar una digna derrota. Los franceses e ingleses aprendieron algo de eso en la primavera de 1940; al tener una estática organización jerárquica, equivocada estrategia, mala coordinación entre armas y una obtusa doctrina táctica toda su superioridad en hombres y material (que era ciertamente notable) se esfumó a tal punto en que la mayor parte de su excelso armamento ni se llegó a utilizar frente a los osadísimos avances de las unidades alemanas, encuadradas y adiestradas bajo una jerarquía y un estado militarista y antiliberal en extremo como lo era el nazi

Las conclusiones que, en todo caso, cabe extraer de este párrafo son inquietantes. Si hemos de rechazar el anarcocapitalismo porque es incapaz, según Isidoro, de derrotar a los Estados, ¿deberíamos rechazar los Estados liberales porque sean incapaces de vencer a los Estados totalitarios? De nuevo, estamos ante el uso de acontecimientos históricos para tratar de refutar la teoría, en la peor línea antipraxeológica. Desde luego los Estados liberales han podido derrotar a Estados totalitarios, con mejor armamento y con mejor organización.

Isidoro simplemente asume que la mejor organización no puede darse dentro de una empresa privada, sin explicar muy bien por qué. ¿Acaso no puede existir jerarquía, encuadramiento y adiestramiento en la empresa privada? ¿Qué son entonces las organizaciones jerárquicas, los sistemas de supervisión y los cursos de formación que ya se dan en muchas empresas? De hecho, Executive Outcomes es el ejemplo de una empresa de seguridad privada pequeña, pero perfectamente adiestrada y entrenada, hasta el punto de haber puesto en jaque a varios Estados africanos. Y hablamos de una empresa de poco más de 100 personas, ni siquiera de asociaciones empresariales con miles de soldados (como las que sí operan en Irak). No olvidemos que la experimentación sobre los mejores métodos de organización interna es un fenómeno típicamente empresarial; aquellas compañías que mejor se organicen serán las que prestarán una mejor defensa y, por tanto, las que medrarán en el mercado. El Estado no termina de paralizar este proceso (ya que en cierto modo de mantiene una competencia interestatal por organizar los ejércitos) pero sí le quita buena parte del vigor y profusión que caracterizarían un mercado de defensa libre (básicamente por la ausencia del cálculo económico y por la consolidación de estrecturas ineficientes que sólo pueden ser removidas a través de una invasión militar exteriores).

Las objeciones, por tanto, son poco sólidas. Isidoro ni demuestra la imposibilidad de la defensa privada (como sí pretendía hacer Coase), ni describe con corrección las bases del sistema privado que pretende criticar, ni es consciente de las interrelaciones empresariales viables para proporcionar armamento pesado o sistemas organizativos adecuados. En realidad, como suele suceder en estos debates, se juega demasiado al despiste histórico y no se debate ningún argumento.

El resto del post no trata específicamente sobre la defensa nacional, sino sobre la posibilidad de que el Estado desaparezca. También esta parte contiene diversas imprecisiones en su defensa del Estado: Si se quiere, una explicación de la necesidad del estado en estas comunidades ya desarrolladas se encuentra en la colectiva convención acerca de la inutilidad de la venganza de sangre como instrumento coactivo.

En realidad, la convicción pasa por creer que sólo el Estado puede eliminar la venganza de sangre, cuando es obvio que existen mecanismos alternativos, como el arbitraje, los acuerdos de sumisión a la jurisdicción de algún tribunal, la exclusión social, el embargo de las cuentas bancarias... A lo que Isidoro llama convicción yo le llamo ilusión estatista.

El siguiente párrafo ya es de órdago: el hecho de que cada asegurado goce de una serie de derechos y obligaciones sólo respaldados por una aseguradora genera un derroche de gestión evidente toda vez que dicho sistema "libertalizado" pretende, a los ojos de los ancaps, generar seguridad jurídica, pero lo que haría sería todo lo contrario o, cuando menos, lo mismo a un elevado precio en forma de graves problemas de información y trabas a las relaciones entre individuos.

Ignoro por qué Isidoro habla de "asegurado" para criticarme cuando yo digo claramente en mis comentarios que las compañías de seguros no pueden encargarse de esto. Pero bueno, lo realmente jugoso son las líneas siguientes. Por lo visto la disparidad de derechos y obligaciones supone ¡un derroche! Uno que creía que la diversidad de derechos era el rasgo característico de una sociedad libre, donde cada individuo persigue sus fines y selecciona los medios adecuados para ello. En su lugar, deberemos ser eficientes, cargarnos la autonomía de la voluntad, los derechos y obligaciones que emanan de los contratos inter partes y generar unos mismos derechos individuales frente a la comunidad para todos.

Pero una definición tan socialista de eficiencia tiene un problema esencial: la eficiencia se refiere a la mayor aptitud del medio para satisfacer un determinado fin. Si eliminamos la autonomía de la voluntad para evitarnos el derroche asociado a la disparidad de derechos y obligaciones nos estamos cargando también los fines y, por tanto, la eficiencia. En realidad, decir que el sistema igualitarista sería más eficiente (o menos derrochador) implica renunciar a la libertad e imponer un mismo fin colectivo para todos los individuos. Obviamente el fin del político, cuyos medios sí podrán ser eficientes y reducir el derroche (esto es, el coste de oportunidad).

Y mejor no abordar el tema de "la información" o "las trabas a las relaciones entre individuos" que supuestamente implican la diversidad de derechos y obligaciones. Por lo visto, la información y la experimentación se ven muy reforzadas cuando sólo puede existir UN derecho; casi tanto como las relaciones entre personas, indudables beneficiarias de la abolición de la autonomía de la voluntad y de la posibilidad de pactar derechos y obligaciones entre sí distintas a las de los demás.

Eso sí, no me cabe duda de que las implicaciones necesarias de esta particular visión del minarquismo siguen siendo muy minarquistas. Como dice Isidoro: Estado mínimo más que un relicario al que rezar es una actitud, por encima de todo. Dicha actitud no sería otra que la de intentar hacer prevalecer en todo momento los derechos de los individuos sobre los presuntos derechos de colectivos y frente a los atropellos de funcionarios o particulares. Lástima que al intentar conseguir que prevalezca el derecho de los individuos a algunos no les importe cargarse en parte esos derechos de los individuos.

Comentarios

 
1º- Yo no digo que el problema de armamentos sea residual sino que planteo la hipótesis de que si ese problema no existiese, aún en ese caso, la defensa que podrían proporcionar las empresas o los propietarios de bazookas sería irrelevante frente a un ejército regular.

2º- La organización militar no puede subordinarse a alianzas y pactos entre empresas. No hablaremos siquiera de los incentivos hacia actitudes digamos que erráticas que existirían (¿es impensable la idea de que el estado invasor comprase a los "señores de la guerra" ancaps?) entre los "proveedores de defensa" frente al ataque convencional que tratamos. Pero de lo que si ha de hablarse es de la total, TOTAL, imposibilidad de victoria de unas fuerzas militares descoordinadas y con mandos independientes entre sí que planean estrategia (suponiendo que pudiesen siquiera físicamente reunirse o contactar debido a su número: ¿autonomía de la voluntad quieres?) en un régimen asambleario en el que todos querrían ser mariscales. Dicha situación me recuerda más bien a la de los galos que perecieron uno por uno ante Julio César, que con un pequeño ejército regular de 60000 hombres pasó a cuchillo en apenas una década a un millón largo de soldados galos. La unidad, la estrategia y la disciplina son elementos que se evaporan en la dialéctica ancap. Despreciáis por entero el arte de la guerra. Habláis de ello como si fuese cosa de repartir periódicos. El arte de la guerra nos dice que se debe ejercer la mayor fuerza posible en el punto más débil del frente enemigo y ni que decir tiene que ello requiere una coordinación inasequible a la teoría que planteáis. Debo admitir, no obstante, que el comparar una guerra con un proyecto de I+D(¿+i?) no deja de ser un triple salto mortal hacia delante bastante llamativo.

3º- ¿El que la gente vea en los periódicos que Estasia invade el país generará por sí mismo la aparición de un armamento que en la paz no existía por ser innecesario? La respuesta es no, así de sencillo.
Enviado por el día 6 de Mayo de 2006 a las 03:43 (1)
Dicha aparición podría operarse al cabo de un tiempo que ya habría sido aprovechado por el enemigo previamente preparado para invadir nuestro bonito país. En el ejemplo barajado no hay años de respuesta, en la guerra moderna hay días. Francia perdió la guerra en semana y media y Polonia en cinco días; imagínate como sería ahora (suponiendo ausencia de armas nucleares) con unos tanques que van como 5 veces más deprisa por esas autopistas de Dios. No, es necesario que haya un estado que sostenga un ejército regular perfectamente entrenado y equipado que sirviese para asegurar la defensa ante ataques de otros estados y que pudiese ser complementado por cualquier medio una vez avanzase la contienda. El momento inicial en una guerra de movimientos es vital y para ello una sociedad sin ejército regular, por rica que sea, está perdida si confía en su "reestructuración productiva".

4º- No cabe duda de que la empresa fomenta cooperación y formación en sus miembros, pero SUS MIEMBROS. En términos bélicos el "cada uno por su lado" no genera un efecto benéfico global para toda la comunidad sino la definitiva disolución de toda esperanza de victoria frente a un agresor que ejerce toda su fuerza en un punto y golpea coordinadamente a su enemigo. ¿Los ejércitos regulares sólo cambian de estrategias cuando son invadidos sus países o son atacados? No, el ejemplo ideal de ello es Manstein, Guderian y Kleist que desarrollaron todas sus doctrinas de defensa en profundidad y guerra relámpago en el período de entreguerras. Ni que decir tiene que no pertenecían e "empresas privadas" sino al ejército alemán. ¿Un propietario de tanque o un proveedor de seguridad con un garaje con tres tanques y un helicóptero podría desarrollar la Blitzkrieg en todo su concepto? Sí, pero sería incapaz de aplicarla al tener eso: tres cacharros y un helicóptero.

Enviado por el día 6 de Mayo de 2006 a las 03:58 (2)
Se mire como se mire un ejército regular aplastaría a uno compuesto por alianzas de confederaciones de cámaras de comercio de defensa y es por eso que se me dice: "no hables de historia, habla de nuestra utopía".

5º- No se dice en ningún momento que un estado liberal no sea capaz de defenderse de uno totalitario sino que entre éstos hay una ligera desventaja que nace del mero hecho de que el uno intenta contener su gasto militar y el otro lo desarrolla como algo prioritario. Esa diferencia se vuelve intolerable cuando comparamos un estado totalitario o militarista agresivo con la simple ausencia de estado. En tal caso, la sociedad sin estado, suponiendo que ésta fuese posible y no degenerase en comunidades autísticas, se vería inerme frente a un enemigo que enfoca todo su poder económico en la paz a la guerra. Los malos parten con ventaja pero una vez empieza la guerra la comienzan a perder y es por eso que los estados liberales o mínimos, o como quieras llamarlos, han de tener una fuerza regular preparada en todo momento y que sirva de embrión de sus fuerzas de combate tanto en lo jerárquico como en lo organizativo una vez se prolongue el conflicto. No niego, por tanto, que un estado liberal pueda con el totalitario: en absoluto.

6º- "Isidoro simplemente asume que la mejor organización no puede darse dentro de una empresa privada, sin explicar muy bien por qué" A la vista está que he expuesto mis razones... y espero no se me tache de estatista dado que sostengo que la seguridad es la única excepción al principio de que las empresas son mejores que los estados.

7º- "no se debate ningún argumento." ¿Quién no debate qué?

Enviado por el día 6 de Mayo de 2006 a las 04:18 (3)
8º- "Executive Outcomes es el ejemplo de una empresa de seguridad privada pequeña, pero perfectamente adiestrada y entrenada, hasta el punto de haber puesto en jaque a varios Estados africanos." Recuerdo ahora a Kelsen cuando no era capaz de distinguir al estado de los ladrones argelinos una vez asentados; ¿puede que esa empresa no sea más que un grupo de piratillas que aspira a jugar a la política? ¿O son acaso freedom fighters, Rallo?

9º- La venganza de sangre, recurramos a la historia, es algo que ha ido desapareciendo, junto con la costumbre de batirse en duelo, a medida que la vida social salió de las pequeñas comunidades y se asentó en unas ciudades donde la coacción no se podía ejercer por las comadres, las suegras, el boticario, el consejo de ancianos o los paisanos del Bar. De hecho la aparición del estado es la historia del descontrol y las fazañas desaguisadas a que daba lugar el arbitraje y los "acuerdos" de sometimiento (en nuestro caso serían, supongo, los fueros). Los métodos que proponéis son sólo válidos para una comunidad pequeña, os váis de cabeza al falansterio, como los socialistas utópicos. Está claro que hubo y hay convicción y si es ilusión... se ha mantenido mucho más de lo que aguantaría cualquier ilusionista.

10º- Explicaré lo del famoso despilfarro. Obviamente no ha de ser tenido en el sentido en que los defensores del monopolio de la aviación civil en 1944 dijeron en la Convención de Chicago sino en el sentido de que la aseguración y defensa de los contratos en diversos lugares es mucho más sencilla cuando el guardían de esas cosas es sólo una instancia que abarca a millones de personas y no un millón de agencias que podrían no reconocerse entre sí dándose así el caso de la indefensión de una parte en un negocio jurídico. Si eso es seguridad jurídica que venga Dios y lo vea. Es en ese sentido en que hablo de despilfarro y problemas de información. Creo que mi postura está clara al respecto.
Enviado por el día 6 de Mayo de 2006 a las 04:32 (4)
11º- "Lástima que al intentar conseguir que prevalezca el derecho de los individuos a algunos no les importe cargarse en parte esos derechos de los individuos." Lástima que para defender la libertad de las personas tengamos que negársela a los delincuentes... lástima que para ganar la guerra haya que subir los impuestos... lástima que para que sea defendible un país tenga que existir un ejército regular. Lástima.

Salud y libre comercio
Enviado por el día 6 de Mayo de 2006 a las 04:40 (5)
"Isidoro simplemente asume que la mejor organización no puede darse dentro de una empresa privada, sin explicar muy bien por qué" A la vista está que he expuesto mis razones..."

Razones no has expuesto ninguna. O bien asumes directamente que la defensa ancap se basaría en el terrorismo o en la guerra de guerrillas, o bien asumes que las empresas no pueden producir servicios de defensa de forma coordinada y eficiente. ¿Por qué no? Eso es lo que tienes que explicarnos y a lo que te emplaza Valín en un comentario: por qué la defensa (coordinada, jerarquizada etc.) no puede proveerse, como el resto de bienes que se demandan y se producen en el mercado, a través de medio económicos. En ningún punto de tu artículo demuestras eso, a lo más que llegas es a afirmarlo como si fuera evidente y ya está. Por ejemplo:

Pero de lo que si ha de hablarse es de la total, TOTAL, imposibilidad de victoria de unas fuerzas militares descoordinadas y con mandos independientes entre sí que planean estrategia (suponiendo que pudiesen siquiera físicamente reunirse o contactar debido a su número: ¿autonomía de la voluntad quieres?) en un régimen asambleario en el que todos querrían ser mariscales.

Parece que pongas el “total” en mayúsculas para compensar la falta de argumentos. ¿Por qué no pueden coordinarse distintas empresas en la provisión de sus servicios si es necesario para que esos servicios tengan valía?¿De dónde se sigue que las empresas quizás no pueden contactar entre sí debido a su número?¿De dónde diantre se colige que las empresas se pelearán por ser mariscales en un régimen asambleario en lugar de conformarse a unas normas de procedimiento previamente acordadas para tomar las mejores decisiones de la forma más rápida? Ni un solo argumento, te limitas afirmar que esto sería así o de otro modo sin aportar razones (o dando la vuelta al comentario de Rallo sobre la guerra como fenómeno no asegurable).

Un saludo
Enviado por el día 6 de Mayo de 2006 a las 11:37 (6)
1º Es que sigues sin entender que la defensa individual a través de bazookas sería accesoria frente a la organización empresarial de empresas privadas de seguridad.

2º ¿No puede subordinarse a pactos entre empresas y sí a pactos entre políticos? Los incentivos hacia actitudes erráticas son tan poderosos en el caso de las empresas como en el de los Estados (¿o acaso un Estado no puedo sobornar a los dirigentes políticos de otro?

Hablas de fueras militares descoordinadas con mandos independientes. ¿Por qué? Bueno entiendo que quieras partir de ahí para concluir el debate. Los ejércitos privados están descoordinados y por tanto perderán la guerra; cuando el punto clave es demostrar que necesariamente estarán descoordinados.

¿Te suenan las joint ventures? ¿Qué impide a diversas empresas que operan en un mismo territorio integrar parte de sus activos bajo una dirección unitaria con el objetivo de protegerse frente a otros Estados u empresas exteriores?

Precisamente el malo de Galbraith que ha muerto estos días planteó que las empresas privadas están controladas por la tecnoestructura (clase gerencial) y no por sus accionistas o sus consejos de administración. Lo cierto es que desvincular la empresa del accionariado es una estupidez, pero no deja de tener razón en que los directivos son los responsables del funcionamiento de la compañía. Por tanto, ¿a qué viene hablar de asambleas para dirigir la guerra? Insisto, ¿acaso una empresa no puede organizarse de manera jerárquica y con fuertes controles supervisores?
Enviado por el día 6 de Mayo de 2006 a las 12:22 (7)
Citar a Julio César no deja de ser otro típico error cientista. Pasamos de decir que un sistema privado nunca puede funcionar a intentar probar que siempre perderá porque uno de los mayores generales de la historia derrotara a lo que, según tú, era un sistema ancap. Aun cuando ese fuera el caso, ¿no te parece un poco ridículo? Si quieres demostrar que el ejército ancap perderá siempre no me cites como ejemplo a generales extraordinarios que cometen heroicidades y logran gestas inusuales.

Ni la unidad, ni la estrategia ni la disciplina ni la coordinación se evaporan de la teoría ancap, salvo para los que nunca se han acercado a ella. Tanto unidad, estrategia, disciplina y coordinación son términos empresariales que pueden adaptarse sin ningún problema al ambiente militar. Antes de afirmar que no pueden darse, habría que demostrar por qué sí pueden darse en otros ámbitos, como el I+D (no necesariamente +i), y no en el militar.

La I+D es un ejemplo de colaboración estable, coordinada y, a menudo, exitosa entre empresas en un ambiente caracterizado por la poderosa competencia para lograr un objetivo. Desde luego la disciplina y la organización que requiere es muy distinta a la que necesita un ejército, pero sigues sin explicar por qué asumes que las empresas son incapaces de proporcionarla.

3º Parece que no hayas leído (o en su defecto, entendido) el post. Me hace gracia que asumas que en tiempos de paz, como el armamento es, según tú, innecesario, no lo habría. Entonces ¿por qué los ciudadanos suelen tener al menos una pistola en casa? ¿Por qué no esperan a tener al ladrón dentro para ir a comprarla? Ah claro, porque esperan o prevén que pueden sufrir un ataque. ¿Y eso no pueden preverlo, así mismo, con respecto al exterior? ¿Acaso crees que los ciudadanos tolerarían un gasto militar estatal descomunal si lo creyeran tan innecesario?
Enviado por el día 6 de Mayo de 2006 a las 12:24 (8)
Obviamente no; la gente paga por prevenir un ataque, por la seguridad de saber que, en caso de agresión externa, saldrá airosos.

Ni siquiera los más estrechos modelos de racionalidad neoclásica suponen que el pago racional en una guerra comienza cuando tienes al enemigo en casa. ¿Para qué colocamos alarmas o rejas en nuestros hogares? Son totalmente innecesarios.

Es evidente que en caso de una agresión inesperada habría una reestructuración productiva. Pero también en el caso de una agresión inesperada por un Estado. ¿O me estás diciendo que España ya cuenta con el ejército pertinente para repeler un ataque marroquí o francés? Claramente no, una vez el ataque tuviera lugar, la estructura productiva cambiaría. Pero esto es muy distinto a decir que empezaría desde cero en una sociedad libre. Una hipótesis que no se sostiene por ningún lado. Las empresas también tienen sus ejércitos permanentes y entrenados, para eso se las paga (y aquí no tocamos el tema de los sistemas de defensa complementarios como los guardias de seguridad, la autodefensa o los medios de defensa individuales)

4º En una sociedad libre lo que tienes son multitud de compañías de seguridad adyacentes unas a otras, a las que se les paga (y de hecho su supervivencia incluso física depende de eso) por defender a gente variopinta dentro de un territorio. Esto promueve alianzas entre empresas (insisto, parece que este tema te venga de nuevo cuando son bastante frecuentes). Para ello pueden formarse distintas formas de dirección e integración de activos. De cada uno por su lado nada.
Enviado por el día 6 de Mayo de 2006 a las 12:25 (9)
Yo no tengo digo que no hables de historia, sino que la interpretes de manera correcta entendiendo la teoría. Si dices que la defensa ancap es una suma de individuos aislados que, justo en el momento de la invasión, se dan cuenta de que tienen que asociarse de manera rápida y chapucera para repelerla, es que no has entendido la mitad de las conclusiones de la Escuela Austriaca (instituciones, dirección empresarial, estructura productiva, soberanía del consumidor...).

5º No veo la diferencia entre la supuesta diferencial abismal entre un Estado mínimo y la sociedad ancap con respecto a un Estado totalitario que “enfoca todo su poder económico en la paz a la guerra”. Veamos, ¿me estás diciendo que el Estado mínimo es aquel que gasta todo lo que gasta hoy el Estado de Bienestar pero en defensa? Espero que no, porque eso suena más a Estado militarista.

En realidad, el Estado mínimo tendría que gastar tanto como sus políticos previeran necesario para repeler las “amenazas” externas. Si tiene a un ejército nazi al lado que quiere invadirte, sería recomendable que reforzara sus posiciones militares. ¿Y eso no lo pueden hacer las empresas privadas? Entiéndeme, si tú crees aunque sea lejanamente que el vecino: a) quiere invadirte, b) va a ganar la guerra, c) te va a esclavizar, someter, expoliar, asesinar y violar a tu familia, ¿no crees que quizá sí estarías dispuesto a asumir un incremento de tu contribución militar?

Y si el ejército privado sigue un curso similar al del ejército estatal minarquista (si bien no en otros aspectos), ¿por qué asumes que el ejército privado tiene que perder necesariamente contra una economía totalitario pero no el minarquista? De nuevo me parece una cuestión de fe, no respaldada por el análisis económico. Al menos no por un análisis económico que te haya leído.
Enviado por el día 6 de Mayo de 2006 a las 12:26 (10)
6º Pues sigo manteniendo mi frase. Dices que no cabe organización porque no cabe organización. Es un argumento ciertamente poderoso, pero no termina de convencerme. Lo siento.

7º Pues no debates nada. Me vuelvo a citar en el post: Isidoro ni demuestra la imposibilidad de la defensa privada (como sí pretendía hacer Coase), ni describe con corrección las bases del sistema privado que pretende criticar, ni es consciente de las interrelaciones empresariales viables para proporcionar armamento pesado o sistemas organizativos adecuados.

8º Pues me aproximaría más a la definición de freedom fighters, sobre todo cuando realizaron tareas de protección a la población civil cuando no se les había pagado por ello. Pero vamos, eran mercenarios a sueldo que simplemente defendieron a sus postores. Lo que es indiscutible es que la organización militar de una pequeña empresa privada derrotó al ejército angolés. Y eso que era imposible. Caray.

9º Los métodos que proponemos no tienen nada que ver con las sociedades pequeñas. De hecho, los mercaderes tenían un ámbito europeo con su lex mercatoria. Simplemente son necesarios una serie de instrumentos para la adecuada coordinación de los individuos. Y cuidado con explicar el surgimiento del Estado como una necesidad histórica para “estandarizar” la interpretación legal (más que nada porque aun hoy seguimos teniendo un popurrí de jurisprudencia en todos los sectores legales que sólo en pocas ocasiones llega a ser casada por el Tribunal Supremo).

Pero vamos, para que un banco te embargue tu depósito y pague a tu víctima, no es necesario estar en una comunidad pequeña, basta un acuerdo con el banco. Los mercaderes ya lo hacían, quizá ahora, por razones extrañas, sea imposible.
Enviado por el día 6 de Mayo de 2006 a las 12:27 (11)
10º De nuevo asumes que “el millón de agencias” estaría descoordinado. Primero, tu argumento se contradice a sí mismo. Resuelves muy rápido uno de los grandes problemas de la economía: el tamaño eficiente de las empresas. Desconozco si ese tamaño eficiente daría lugar a millones, a miles o a cientos de empresas; lo que no puedo afirmar es que necesariamente serán un millón porque creo que esa es una cifra ineficiente y, por tanto, me resulta útil para mis argumentos minarquistas. Tienes dos opciones: a) o demuestras que ese es el tamaño eficiente desde un punto de vista empresarial pero ineficiente desde el militar, b) o explicas por qué si ese tamaño es ineficiente empresarial y militarmente será, no obstante, el finalmente adoptado.

Segundo, ¿ahora una sola persona dirigiendo a millones es lo más eficiente? Si es que ya lo decía Lenin, ¿para qué tener precios de mercado si podemos organizarlo todo desde arriba? Todo esto de distintas empresas, distintos contratos, distintos precios y distintas direcciones supone un total despilfarro de recursos. ¿Seguro? ¿Cómo estableces ex ante que así es? Por ejemplo, no poca gente afirma que los controles internos en una sociedad anónima que pretenden asegurar que los directivos persigan los intereses de los propietarios son “gastos innecesarios”. Y ciertamente así es, “si los directivos fueran los propietarios” esos gastos podrían suprimirse. Ahora bien, ¿realmente conviene fusionar la dirección con la propiedad para eliminar los gastos? ¿O en realidad esos gastos son un coste más imprescindible para alcanzar el mejor fin?

Por supuesto desde el momento en que te cargas toda posibilidad de experimentación individual y de diferenciación te estás cargando en buena medida la innovación. Sí, ya sé que en la URSS también había investigadores, pero no es eso. La investigación no sólo debe ser exitosa desde un punto de vista científico, sino desde un punto de vista de mercado.
Enviado por el día 6 de Mayo de 2006 a las 12:28 (12)
¿Y qué mercado tenemos cuando se nos impone una sola dirección?

Por cierto, desde tu punto de vista no tenemos otro remedio que defender el ejército y el Estado mundial. ¿Qué es eso de distintos Estados regulando con diferentes derechos y obligaciones a sus poblaciones?

11º Ninguna de esas lástimas es una lástima. La libertad de los delincuentes no es libertad. Para ganar una guerra no es necesario subir los impuestos de manera automática (eso es un juicio empresarial irresoluble a priori) y el ejército regular puede ser proporcionado por empresas privadas, no es necesario el Estado. La lástima sigue siendo que algunos continúen cegados por la ilusión estatista.
Enviado por el día 6 de Mayo de 2006 a las 12:30 (13)
Presumir que no argumento nada porque no parta de la aceptación de vuestras premisas anarquistas es un tanto peliagudo y no me cansaré de hacer notar este punto por mucho que se insista.

"1º Es que sigues sin entender que la defensaindividual a través de bazookas sería accesoria frente a la organización empresarial de empresas privadas de seguridad."

No sólo sería accesoria sino que sería de similar efectividad, si no mayor, que la de empresas de seguridad que concentrarían unos efectivos de una manera en que serían a un tiempo loalizables y a un tiempo insuficientes y que en combinación de otras tantas empresas no tendrían posibilidad de vencer al NO poder coordinarse y tomar decisiones conjuntas de una mínima efectividad bélica. Esto, que no parece tan obvio al parecer,lo explicaré más adelante.

"2º ¿No puede subordinarse a pactos entre empresas y sí a pactos entre políticos? Los incentivos hacia actitudes erráticas son tan poderosos en el caso de las empresas como en el de los Estados (¿o acaso un Estado no puedo sobornar a los dirigentes políticos de otro?"

Y mira que yo pensaba que buena parte de la resistencia de Reino Unido en 1940 se debía a los principios liberales de su clase política y no a su oportunismo, el cual en todo caso le hubiese empujado a "repartirse el mundo" con unos nazis triunfantes en el continente: hubiese sido la salvación del imperio británico, que no podía permitirse, como se demostró, otra guerra mundial. Los empresarios no son moralmente superiores a los políticos y estoy seguro que muchos hubiesen pensado el hacer un trato con los nazis antes que luchar en soledad contra ellos. Perdonad si la historia os parece una lección despreciable, pero ésta nos dice que las personas importan y nos dice, por mucho que moleste a vuestra lógica anarquista, que a los políticos no se les puede meter en un mismo saco.
Enviado por el día 6 de Mayo de 2006 a las 18:53 (14)
Concluyo a este respecto que me parece mucho más posible que un empresario prescinda de principios cuando entren en colisión con su interés, se juega su patrimonio: el político no. Si bien eso es malo en muchas ocasiones, no lo es en lo tocante a la defensa nacional en una guerra convencional.
Enviado por el día 6 de Mayo de 2006 a las 18:55 (15)
El resto de la respuesta aquí.
Enviado por el día 6 de Mayo de 2006 a las 19:03 (16)
Vale, voy a repetir mis dos últimos comentario en el post sobre individualismo metodológico:

"Y la única forma de incrementar el valor de sus propietarios es sirviendo al consumidor. "

No es cierto: el robo y la extorsión son grandes industrias. Las empresas pueden crear valor especializandose eficazmante en robar, en el soborno, o incluso en mentir al consumidor.

Es cierto que cuando los consumidores tienen sus derechos de propiedad defendidos y están informados, (cuando el robo, la extorsión y el fraude son imposibles) la empresa debe servir al consumidor para crear valor. Pero sin esas dos hipótesis, el robo, la esclavitud o la extorsión pueden ser actividades rentables. De hecho, la coacción es y ha sido la industria más rentable del mundo.

"Lo del monopolio local de la seguridad no es así. Puedes contemplar aun hoy a Prosegur y Securitas competir en calles cercanas."

Tienes razón: me expresé mal: hablo del monopolio local de la fuerza soberana. El motivo por el que Prosegur sirve al consumidor, es que si intentase crear un monopolio extorsionador, el depositario de la fuerza soberana (es decir de la fuerza decisiva) que es el Estado, via Policia y Ejercito, se lo impediría. Si el Estado no garantizase los derechos de propiedad, Prosegur ganaría más por el robo que sirviendo el producto "seguridad".

"Por último, el Estado no es una institución"

El Estado es una institución porque es una esctructura que surge una y otra vez espontaneamente. El Estado, es decir el monopolista local de la fuerza soberana aparece con casi total seguridad en cualquier sociedad sedentaria de la Historia.

Cuando el hombre se fija al suelo, el monopolio local de la fuerza soberana surge de inmediato.
Enviado por el día 6 de Mayo de 2006 a las 19:35 (17)
Además las estructuras de estado compiten entre si (que crees que es la política internacional?), y diferentes grupos sociales tratan de capturar la empresa monopolista de la fuerza para sus propios intereses (la política nacional).

Muchos agentes individuales tienen diferentes planes empresariales para hacerse con el poder del Estado, ya sea a traves de la Revolución, la corrupción o el lobbismo.

Si no hay estado, entonces, los empresarios de la coacción lo crean espontaneamente en forma de señores de la Guerra. Luego los monopolios locales se hacen la guerra, y establecen monopolios mas amplios (por las economías de escala).

A veces, como sugerias antes, varios monopolistas locales de la seguridad, se unen para formar un cartel contra un tercero. Ese cartel se dota de instituciones pacíficas (y se crea una confederación, como en Suiza, o una cámara de potentados=Parlamento, como en Inglaterra). Si esas teconologías de compromiso funcionan acaban siendo las depositarias de la fuerza soberana.

Por cierto, antes hablaba de la Praxeologia de la Coacción como una Ciencia a inventar. No es así, claro.

La Praxeología de la Acción Estatal y de la coacción se llama "Teoría de la Elección Pública".

Enviado por el día 6 de Mayo de 2006 a las 19:36 (18)
http://www.liberalismo.org/bitacoras/1/3644/#comen...

En definitiva, que una praxeología de la violencia debe ser capaz, como cualquier otra
forma de praxeologia de resultar historicamente relevante; antes de jugar a los mundos imaginarios me encantaria ver análisis históricos sobre la evolución de la violencia real y las estructuras sociales que se refieren a ellas.

Los Public Choicers, la filosofía política clásica, ya sean Hobbes, Maquiavelo o los "Federalist Papers" de Alex Hamilton, y las Teorias del Realismo político a lo Kissinger, forman un corpus doctrinal ya muy consolidado, asi que el campo no es virgen.

En realidad, a los ancaps no os conviene reconocer el cuerpo praxeológico vigente, porque os refuta de forma definitiva.

El libro clásico sobre la refutación praxeológica del anarquismo es "Explorations in the Theory of Anarchy" de Gordon Tullock y "The Limits of Liberty" de Buchanan.

Enviado por el día 6 de Mayo de 2006 a las 20:00 (19)
Cierto, no te había contestado.

No es cierto: el robo y la extorsión son grandes industrias. Las empresas pueden crear valor especializandose eficazmante en robar, en el soborno, o incluso en mentir al consumidor

Sí, es posible. Claro. ¿Acaso no lo hace el Estado? Pero esto no es un argumento a favor de la concentración de poder, sino de su dispersión. Para combatir las mafias existen las propias agencias de seguridad privadas; hoy el Estado intenta hacer lo propio, la cuestión es quién de los dos es más eficiente.

Es cierto que cuando los consumidores tienen sus derechos de propiedad defendidos y están informados, (cuando el robo, la extorsión y el fraude son imposibles) la empresa debe servir al consumidor para crear valor. Pero sin esas dos hipótesis, el robo, la esclavitud o la extorsión pueden ser actividades rentables. De hecho, la coacción es y ha sido la industria más rentable del mundo

La definición de los derechos de propiedad necesita de Derecho, pero el Derecho no es un bien público de imposible provisión en ausencia de Estado. De hecho es una institución evolutiva y espontánea. La información, por su parte, es cuestión de la publicidad.

Tienes razón: me expresé mal: hablo del monopolio local de la fuerza soberana. El motivo por el que Prosegur sirve al consumidor, es que si intentase crear un monopolio extorsionador, el depositario de la fuerza soberana (es decir de la fuerza decisiva) que es el Estado, via Policia y Ejercito, se lo impediría. Si el Estado no garantizase los derechos de propiedad, Prosegur ganaría más por el robo que sirviendo el producto "seguridad"

No necesariamente, Prosegur necesita recibir fondos y capital para asaltar a una comunidad. Esos fondos los obtiene fundamentalmente en los mercados financieros; una empresa de seguridad que se dedicara al pillaje vería menguar su financiación y, por tanto, sus recursos.
Enviado por el día 6 de Mayo de 2006 a las 20:14 (20)
Del mismo modo supone una amenaza para todas las empresas adyacentes y, al mismo tiempo, genera oportunidades de ganancia para todos aquellos individuos que decidan defender a la comunidad de la agresión de esa empresa.

Por no hablar de que tampoco es cierta tu afirmación, dependería de la preferencia temporal de Prosegur. Puede que hoy consiguiera más fondo, pero exprimiendo a la gallina no se maximizan los ingresos.

El Estado es una institución porque es una esctructura que surge una y otra vez espontaneamente. El Estado, es decir el monopolista local de la fuerza soberana aparece con casi total seguridad en cualquier sociedad sedentaria de la Historia.

Que no hombre, el cabello también aparece una y otra vez en los recién nacidos y no es una institución. Tampoco la muerte. Las instituciones se caracterizan por algo más que la recurrencia histórica. Las características ya las he descrito en el otro post.

Además las estructuras de estado compiten entre si (que crees que es la política internacional?), y diferentes grupos sociales tratan de capturar la empresa monopolista de la fuerza para sus propios intereses (la política nacional).

Sí existe competencia entre las agencias, ya decía Rothbard que, casulamente, los Estados mundiales vivían en un régimen de anarquía, sin un Estado mundial que los ordene y los mantenga quietecitos. Precisamente por eso el argumento no me parece convincente contra la seguridad privada.
Enviado por el día 6 de Mayo de 2006 a las 20:20 (21)
Si no hay estado, entonces, los empresarios de la coacción lo crean espontaneamente en forma de señores de la Guerra. Luego los monopolios locales se hacen la guerra, y establecen monopolios mas amplios (por las economías de escala).

A veces, como sugerias antes, varios monopolistas locales de la seguridad, se unen para formar un cartel contra un tercero. Ese cartel se dota de instituciones pacíficas (y se crea una confederación, como en Suiza, o una cámara de potentados=Parlamento, como en Inglaterra). Si esas teconologías de compromiso funcionan acaban siendo las depositarias de la fuerza soberana.


Los empresarios de la coacción los pueden crear, sí; especialmente cuando la gente crea que ese es el único modo de organizar la defensa, por lo que aceptará sumisa el monopolio local. (Del mismo modo que aceptaba los monopolios sobre las telecomunicaciones, pero no porque fueran eficientes o sólo viables bajo propiedad pública).

La cuestión es si los miembros que integran esa unidad defensiva quieren secionarse y crear otros lazos de confianza con unidades ajenas a la comunidad. Si la comunidad cree que eso no es deseable ni posible, lo reprimirán (situación que tenemos hoy) y, efectivamente, no lo será. En cambio, si la gente lo cree posible y deseable, sí se llevará a cabo y, en ese momento, te surgen jurisdicciones cruzadas en un mismo territorio.

Por cierto, antes hablaba de la Praxeologia de la Coacción como una Ciencia a inventar. No es así, claro.

La Praxeología de la Acción Estatal y de la coacción se llama "Teoría de la Elección Pública".


No, te equivocas. La Teoría de la Elección Pública describe cómo actúan los burócratas, pero no cuál es el comportamiento de los agentes en un contexto militar o violento. No describe nada sobre el comportamiento de los agentes en medio de una guerra o de sus incentivos para atracar al vecino.
Enviado por el día 6 de Mayo de 2006 a las 20:25 (22)
"Del mismo modo supone una amenaza para todas las empresas adyacentes y, al mismo tiempo, genera oportunidades de ganancia para todos aquellos individuos que decidan defender a la comunidad de la agresión de esa empresa.

Por no hablar de que tampoco es cierta tu afirmación, dependería de la preferencia temporal de Prosegur. Puede que hoy consiguiera más fondo, pero exprimiendo a la gallina no se maximizan los ingresos. "

Convirtiéndose en el Estado, siempre se maximizan los ingresos...

"La Teoría de la Elección Pública describe cómo actúan los burócratas, pero no cuál es el comportamiento de los agentes en un contexto militar o violento. No describe nada sobre el comportamiento de los agentes en medio de una guerra o de sus incentivos para atracar al vecino."

Si que lo hace: el libro clásico de Buchanan se llama "Entre la Anarquía y Leviatan". Es una cuestion recurrente en la obra de Buchanan. Te remito al libro de Tullock.

"Sí, es posible. Claro. ¿Acaso no lo hace el Estado? Pero esto no es un argumento a favor de la concentración de poder, sino de su dispersión. Para combatir las mafias existen las propias agencias de seguridad privadas; hoy el Estado intenta hacer lo propio, la cuestión es quién de los dos es más eficiente"

El problema no es la eficiencia: el problema sobre la fuerza soberana es como evitar que las mafias o las compañias de seguridad se conviertan en el Estado, una vez eliminado este, pero sin los mecanismos de control que limitan la arbitrariedad estatalista.

El problema es que la estructura de incentivos que soporta al Estado es recurrente, y resurge espontaneamente (esta ascociada al sedentarismo). El problema es que "el Estado" es una empresa de la coacción y los que pretendeis abolirla, debeis demostrar que vuestra solución competitiva es estable.

El Estado no es mas que el resultado de la estructura tecnológica del sector de la coacción. No se puede eliminar: solo sustuirlo







Enviado por el día 6 de Mayo de 2006 a las 20:47 (23)
Coincido plenamente con Kantor: es precisamente esa estabilidad una de las mayores fallas del sistema ancap. ¿Quién garantiza que en el proceso de "coordinación" de las agencias de defensa privadas el directorio que se formaría no se convertiría en un estado? Está claro que tendrían el poder para hacerlo. ¿Juzgan los ancaps las intenciones o los incentivos? Yo creía que aspiraban a lo segundo. Por otra parte, antes de que alguno se adelante, sigo manteniendo que la coordinación de la que hablamos no es posible realmente tal como la plantean los ancaps: que desarrollan una idea de voluntarismo extremo a ese respecto. Lo cierto es que el estado es una institución a domeñar pero no es mera alucinación.

Salud y libre comercio
Enviado por el día 6 de Mayo de 2006 a las 21:29 (24)
Yo si creo que la coordinación entre empresas de seguridad; lo que pasa es que las empresas de seguridad se llaman Estados, y el directorio se llama confederación; lo que no me creo, claro, es que sea posible evitar el monopolio local de la fuerza soberana.
Enviado por el día 6 de Mayo de 2006 a las 23:45 (25)

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