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Compañeros en el odio: Noam Chomsky y los negadores de Holocausto

Por
Traducido por Ýngel Vaca Quintanilla

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Chomsky y los neo-nazis


Robert Faurisson representa el vínculo más obvio (aunque no el más significativo) entre Chomsky y los neo-nazis. Es un chiflado lleno de odio, antiguo catedrático de literatura de la Universidad de Lyon, ultraderechista y profundamente antisemita. 17. Como veremos enseguida, Chomsky parece haberle tomado cariño a este caballero (aunque lo niega acaloradamente); en cualquier caso, le parece apropiado mantenerse en su compañía política.

Faurisson asegura que está orgulloso de que sus escritos sean distribuidos tanto por los activistas de ultraizquierda (La Vieille Taupe) como por los de ultraderecha (Ogmios). El asunto es que, en los dos casos, se trata de pequeños grupos marginales. Ogmios es una librería parisina que pertenece al sector más ultraderechista, antisemita y xenófobo del espectro político francés. Se sabe que ha recibido subvenciones del gobierno de Irán. Aunque para Faurisson, es mucho más importante La Vieille Taupe ("El Viejo Topo"), un grupo de supuestos izquierdistas liderados por Pierre Guillaume, que publican los libretos y panfletos de Faurisson, los anuncian y les dan publicidad y propaganda. Ellos son los que más relación tienen con Chomsky y es gracias a ellos que el profesor ha alcanzado su puesto actual de patrón honorífico del movimiento neo-nazi. (Mientras escribo estas líneas, La Vieille Taupe y Ogmion han unido sus fuerzas para publicar un nuevo ensayo antisemita: Annales d’Histoire Révisionniste).

Desde la década de los 60, Faurisson ha dedicado innumerables horas al estudio de lo que él considera un análisis muy profundo del destino de los judíos tras la Segunda Guerra Mundial. Ha escrito algunos libros y artículos al respecto y resume sus "descubrimientos" del modo siguiente:

Las supuestas cámaras de gas de Hitler y el supuesto genocidio de judíos forman parte de la misma mentira histórica, que ha abierto el camino a una gigantesca estafa político-financiera cuyos principales beneficiarios son el Estado de Israel y el Sionismo internacional y cuyas principales víctimas son el pueblo alemán (pero no sus líderes) y el pueblo palestino. 19

Faurisson y sus afines a ambos lados del Atlántico, llaman tranquilamente a esta negación del Holocausto, "revisionismo". Instan (y no puedo estar en desacuerdo con eso) a las personas imparciales de los países libres a mantener una mentalidad abierta cuando se enfrenten a razonamientos que desafíen lo que se acepta comúnmente. Quizás Napoleón nunca existió ¿quién sabe? Quizás la Tierra es plana. Quizás los judíos persiguieron a Hitler, en lugar de a la inversa. Quizás no hubo ningún Holocausto. Todas estas estupendas opiniones tienen sus abogados y en su momento tendremos la ocasión de examinar a algunos de ellos. Teóricamente, toda verdad establecida puede y debe reevaluarse constantemente a la luz de nuevas evidencias y debemos estar agradecidos a los investigadores y otros hombres de razón, que nos confrontan con un juicioso escepticismo. Cuando, sin embargo, se proclama alguna infamia sin preocuparse por su verosimilitud o sin atender a ninguna lógica o evidencia, cuando se dice sólo para herir y denostar, en un caso así, sin duda, tenemos todos los motivos para respetar bien poco a tales supuestos "revisionistas".

Cuando estuve preparando este ensayo sobre Chomsky, me tocó leer las cosas que escribe Faurisson e incluso mantuve correspondencia con él. Puedo decir que su reto a lo que sabemos del Holocausto no sigue ningún criterio de honestidad moral o intelectual, de seriedad, de honradez de intenciones, ni tampoco de ética profesional. Lo único que resalta es su odio a los judíos y su esfuerzo por tomarle el pelo a sus lectores. No es de extrañar que no haya encontrado aún a ningún investigador que le tome en serio. Evidentemente, no tengo intención de discutir sus tesis más de lo que discutiría con alguien que asegura que ha sido devorado por un lobo, pero es necesario indicar el nivel intelectual de la propaganda de Faurisson para que el lector se haga una idea de por qué está condenado al ostracismo por todas las personas decentes.

Los argumentos de Faurisson se basan en su afirmación de que los testigos judíos del Holocausto sencillamente mienten; y mienten porque son judíos. Mi colega en la Universidad de British Columbia, el profesor Rudolf Vrba, fue testigo del exterminio en Auschwitz y es uno de los poquísimos que sobrevivieron. Faurisson le llama mentiroso y judío, y asegura que cualquiera que haya contribuido a sacar los hechos de Auschwitz a la luz (testigos, investigadores, jueces, etc.) es un judío, o como dice de un caso concreto, "probablemente, un judío". 20. El judaísmo de un testigo o de un escritor, en la obra de Faurisson, basta para destruir su credibilidad (aunque hace una excepción con Chomsky y otros dos o tres judíos que se han unido a él, en el verdadero paroxismo del odio a sí mismos).

Faurisson es seguidor de lo que podríamos llamar el Método de la Fuente Crucial, todo un clásico entre los chiflados. Consiste en aferrarse a una frase o cita, o a veces un párrafo, de no importa dónde, sin preocuparse por su procedencia o credibilidad, para "demostrar" toda una nueva teoría sobre la Historia o el Universo. Lo más frecuente es que la Fuente sea algo que se haya publicado en un periódico; a fin de cuentas, ¿qué no puede encontrarse en alguno de los periódicos que se publican en todas partes y en todo momento?

Entre la multitud de libritos y folletines que Faurisson y sus editores izquierdistas distribuyen por correo o en persona, la joya de la corona es un panfleto muy pretencioso, de 24 páginas, que contiene la traducción al francés de una entrevista (un largo texto de Faurisson salpicado de preguntas muy oportunas por parte del entrevistador) publicado originalmente en una revista italiana en 1979. 21 El panfleto tiene 61 notas a pie de página, escritas con una letra muy pequeña; incluso hay una extensa nota a pie de página, a una de las notas a pie de página. Está claro que Faurisson se esfuerza mucho para describir la esencia de lo que considera como su prueba de que el Holocausto nunca ocurrió.

Una de las afirmaciones básicas de Faurisson es que Hitler actuó contra los judíos en la misma medida en que éstos actuaron contra él; ambos bandos se provocaban mutuamente (página 15). Para demostrar que, ya en Marzo de 1933, los judíos le declararon la "guerra" a Hitler, Faurisson dedica la única ilustración que contiene el panfleto a una reproducción de la primera plana del Daily Express de Londres del 24 de Marzo de 1933, en la que se lee "Judea le declara la guerra a Alemania". El subtitular dice: "Los judíos de todo el mundo se unen para boicotear los productos alemanes".

Bien; Faurisson asegura que su especialidad es el análisis de documentos y fuentes controvertidos -como dice Nadine Fresco, semejante afirmación le da un toque de chifladura a su mala fe 22-. Aquí, el Daily Express es su Fuente Crucial y, supongo yo, el lector que se sienta más impresionado por tal propaganda, probablemente no se preguntará por la naturaleza que, en aquel entonces, tenía ese periódico.

En 1933, el Daily Express era un rotativo sensacionalista con una enorme tirada, dirigido por Lord Beaverbrook, un personaje excéntrico que no dudaba a la hora de utilizar los titulares de su periódico para ensalzar sus causas preferidas o para denunciar lo que le enfurecía. 23 Durante los años del régimen de Hitler, Lord Beaverbrook pensaba que Gran Bretaña debía evitar una alianza con Francia y otros países europeos amenazados. En una carta privada de 1938, expresaba su preocupación por que "los judíos nos puedan llevar a la guerra". 24. Sin embargo, su declaración más famosa en aquel entonces, aparecida en la primera plana de su periódico, en el mismo estilo del "Judea le declara la guerra a Alemania" de 1933, fue la de la edición del 30 de Septiembre de 1938: "El Daily Express avanza que Gran Bretaña no entrará en una guerra europea, ni este año ni el que viene. A las 12:30 de la madrugada de hoy se firmó un acuerdo de paz". 25

De todos modos, para Faurisson, los titulares del Daily Express representan la prueba más contundente de lo que realmente ocurrió. Y esta Fuente Crucial es de tal importancia para los "revisionistas" que el "Institute for Historical Review" (Instituto para la Revisión de la Historia) donde Faurisson da salida en California a sus ideas, considera apropiado emplearla con un par de añadidos de su propia cosecha: "¿Es cierto que se le declaro la guerra a Alemania en determinados círculos judíos? Sí, es cierto. Los periódicos de todo el mundo se publicaron con titulares como ‘Judea le declara la guerra a Alemania’ " 26.

Faurisson ha sido objeto de demandas judiciales por sus calumnias estridentes, exhibicionistas y sin escrúpulos, de testigos e investigadores respetables del Holocausto. Por razones similares, ha sido suspendido de su cargo en la Universidad de Lyon. Sus juicios, de los que tanto él como sus cómplices están tremendamente orgullosos, por la enorme publicidad que les supone 27, son de naturaleza similar a los de Keegstra y Zundel en Canadá. También en éstos, se llevó ante la Justicia a varios propagandistas neo-nazis, acusados de calumnias: la libertad de expresión no sirve de excusa cuando se demuestra que se están propagando falsedades deliberadamente, con el objetivo de avivar el odio. Faurisson viajó a Toronto para asistir al juicio de Zundel en calidad de "testigo experto" en distinguir verdades de falsedades, pero no convenció al jurado y Zundel terminó siendo condenado.

Cuando la libertad de expresión se superpone, o se dice que se superpone a otros derechos humanos, los que se consideren defensores sensatos de las libertades civiles no descansarán hasta estudiar todos los pormenores del caso. Chomsky afirma que no ve la necesidad de tales preocupaciones, basándose en que "quien salvaguarda la libertad de expresión no tiene por qué ser especialmente responsable o estar familiarizado con los puntos de vista que defiende". 28 Así que, en principio, propagar falsedades deliberadamente como, digamos, afirmar que un determinado producto es bueno cuando en realidad puede ser peligroso para los consumidores, contaría con la aprobación más entusiasta de Chomsky. En cualquier caso, el profesor asegura que es su devoción por la libertad de expresión lo que le ha llevado a defender con tanta frecuencia y tan enérgicamente a Faurisson. En un instante pasaremos a analizar en detalle esta aseveración.

La relación entre Chomsky y la editorial de Faurisson, La Vieille Taupe 29 (de aquí en adelante, "VT"), está documentada gracias a dos ensayos verdaderamente reveladores que se redactaron en 1986. 30 El primero, y con diferencia el más extenso, es una narración del director de VT, Pierre Guillaume. El segundo, es un comentario del propio Chomsky sobre dicho relato. Los dos documentos, juntos, llevan a conclusiones que seguramente molestarían bastante a los seguidores norteamericanos del profesor.

Guillaume comienza diciendo que otro de los miembros de VT y a quien volveremos a nombrar más adelante, Serge Thion, le presentó a Chomsky en 1979. En este encuentro, el francés mencionó a Faurisson, quien estaba empezando a tener ciertos problemas con la ley. Entonces, dice Guillaume, algunos meses más tarde, en los que no había vuelto a saber del profesor, éste firmó y promovió la siguiente petición (reproducida por Guillaume en inglés):
"El doctor Robert Faurisson ha sido un respetable profesor de literatura francesa del siglo XX y de crítica literaria en la Universidad de Lyon-2 durante cuarenta años. Desde 1974 ha venido estudiando minuciosamente el tema del Holocausto.

Desde que comenzó a hacer públicos sus hallazgos, el doctor Faurisson ha sido objeto de una cruel campaña de acoso, intimidación, difamación y agresiones físicas, en un bárbaro intento de hacerle callar. Las autoridades, temerosas, han tratado incluso de impedir su trabajo, prohibiéndole el acceso a bibliotecas y archivos públicos.

Protestamos enérgicamente contra esta privación del derecho a la libertad de expresión del doctor Faurisson y condenamos la vergonzosa campaña que se ha organizado para silenciarle.

Apoyamos rotundamente el legítimo derecho de la libertad académica del doctor Faurisson y exigimos que las autoridades del gobierno y de la universidad hagan lo posible para garantizar su seguridad y el libre ejercicio de sus derechos civiles".
La publicación de esta petición en los periódicos franceses, encabezada con el nombre de Chomsky, causó la primera preocupación seria de sus seguidores izquierdistas en todo el mundo. El lamentable Alfred Lilienthal, el único otro judío de renombre, vinculado al antisemitismo, también figuraba entre los firmantes. 31

Muchos de los defensores de las libertades civiles objetaron el uso de la palabra "hallazgos" que la petición emplea para referirse a la propaganda de Faurisson, al verla como un respaldo al trabajo de éste y que, por tanto, va más allá de una simple defensa de la libertad de expresión.

Chomsky intentó escabullirse, negando que en ese contexto, "hallazgos" significara lo que significa. 32 Pero también podría argumentarse que la petición describe a Faurisson, entre otras cosas, como un doctor "respetado" por su "crítica literaria". Lo cierto es que, sin contar a los elementos más lunáticos y antisemitas, este señor no tiene el respeto de nadie. 33 De cualquier manera, como él mismo dice 34, la petición no fue redactada originalmente por algún liberal neutral, sino por Mark Weber, un antiguo profesor norteamericano de alemán, que parece ser que cambió su carrera por la de propagandista "revisionista" a jornada completa. 35

Según dice Guillaume, la petición contribuyó de forma decisiva a conseguir que el "revisionismo" se ganara la aceptación de los franceses. Pero, por encima de todo, lo que más ayudó a la causa de los negadores del Holocausto fue el prestigio del nombre de Chomsky.

A continuación, Guillaume nos cuenta que Chomsky ha sido de mucha ayuda en otros aspectos, para el movimiento de VT. En un tiempo en el que éste sufría la marginación de todos y cuando el profesor podía haber publicado la versión en francés de su Political Economy of Human Rights (Economía política de los Derechos Humanos) mediante una editorial comercial, permaneció al lado de sus amigos de VT y publicó el libro a través de ellos. El propio Guillaume reconoce que habría entendido que el profesor hubiera guardado las distancias con VT en público. Pero no: demostró su firmeza.

Después de que se publicara la petición, cuenta Guillaume, Chomsky compartió con él las muchas cartas de protesta que recibió. Le comentó que el principio de libertad de expresión estaba amenazado por dichas cartas y que deseaba responderlas en público. Para ello, el profesor redactó un texto de aproximadamente 2.500 palabras, titulado en francés Quelques commentaires élémentaires sur le droit à la liberté d'expression (Varios comentarios elementales acerca del derecho a la libertad de expresión), en el que declaraba que todo el mundo debe tener el derecho a la libertad de expresión, incluyendo los fascistas y antisemitas, pero que daba la casualidad de que Faurisson no era ni lo uno ni lo otro. Al contrario: según Chomsky, a Faurisson se le podría describir mejor como "una especie de progresista apolítico". Por razones que quedarán claras enseguida, el mencionado texto se conoció más tarde como "El Prefacio de Chomsky" 36.

De acuerdo con lo que dice Guillaume, Chomsky envió este texto a Serge Thion, redactor y propagandista de VT y le pidió que le diera el mejor uso posible. El escrito es del 11 de Octubre de 1980. El 6 de Diciembre, parece que el profesor se lo pensó mejor y mandó una carta a Guillaume en la que argumentaba que, estando el mundo como estaba, sumido en la histeria, toda la lucha contra el imperialismo podría ser saboteada por una campaña que buscara asociarle con el neo-nazismo (desde luego, Chomsky nunca ha subestimado lo importante que es él mismo para los destinos del mundo). Por eso, el profesor le ruega encarecidamente a Faurisson que, si no es demasiado tarde, el texto no forme parte de un libro que el francés estaba escribiendo.

Pero desgraciadamente, para Chomsky y todo el movimiento antiimperialista, ya era demasiado tarde. El libro de Faurisson, con el texto del profesor como prefacio, ya estaba a la venta. Cuando Guillaume y Thion llamaron por teléfono a Chomsky, el 12 de Diciembre, su reacción fue (siempre de acuerdo con lo que afirma Guillaume) firme, rotunda y completamente tranquilizadora: ahora se ponía del lado de lo que decía en el prefacio y declaraba nula su segunda carta.

¡Qué buen amigo es Chomsky!

Guillaume reitera entonces la firmeza del apoyo del profesor e incluso confiesa que sin él, la pequeña e intrépida banda de "revisionistas" probablemente no habría crecido hasta alcanzar el poder que tiene hoy. Y todo esto es tan extraordinario, sigue Guillaume, porque Chomsky se está convirtiendo en una víctima de su propio país, los Estados Unidos, donde la repugnante ideología imperialista de Occidente ha conseguido, de algún modo, alzarse de nuevo. El resultado ha sido, concluye Guillaume, que la audiencia del profesor ha disminuido mucho y su popularidad está en peligro.

Guillaume no hace oídos sordos ante las afirmaciones rutinarias de Chomksy, cuando proclama que su punto de vista es "diametralmente opuesto al de Faurisson". Claro, pero también sabe cuál es la diferencia entre una verdad y un guiño n’est ce-pas (página 163; la traducción es mía):
"Cada vez que Chomsky dice que sus opiniones son ‘diametralmente opuestas’ a las de Faurisson, lo hace en unos términos absolutamente inocuos; siempre ha sugerido, con una palabra o una frase, que el que sus puntos de vista sean ‘diametralmente opuestos’ es más una cuestión de opiniones que de criterio científico".
Guillaume responde aquí a las críticas de una tal Chantal Beuchamp, que presume de ser aún más "revisionista" que él y que tiene sus objeciones a la colaboración de Chomsky, a quien parece ver como un neo-nazi inadecuado. Guillaume no le deja dudas (páginas 167 a la 168; la traducción es mía):
"Chomsky ha estado involucrado en una lucha agotadora [...] los trágicos sucesos que han tenido lugar en Oriente Medio. Su propio trabajo [...] el desenmascaramiento del imperialismo norteamericano allí, de la realidad del Sionismo y del Estado de Israel, es algo que podría dar resultados prácticos. ¿Qué tiene este trabajo de menos importante que el de Faurisson?"
El importante trabajo de Faurisson es la negación del Holocausto. El importante trabajo de Chomsky es su lucha contra Israel. Y el denominador común de ambos, a los ojos de Guillaume y los suyos, no puede ser sino el antisemitismo.

Ahora llegamos a la parte más interesante. Guillaume nos ha contado lo buen compañero político que Chomsky ha sido para él, cómo sacrificó sus propios intereses en favor de sus principios políticos, publicando uno de sus libros con VT, en vez de con alguna editorial comercial, cómo su "oposición diametral" a Faurisson no significaba lo que parecía, cómo el trabajo de Chomsky concerniente a Israel pertenece a la misma causa de la que forma parte la negación del Holocausto... y ahora, habiendo visto todo esto, Guillaume dice que se lo envió todo a Chomsky por si quería corregirlo o si no estaba de acuerdo con algo. O sea, que el profesor tuvo la oportunidad de contar su versión, si hubiera sido diferente de la de Guillaume. Y resultó que Chomsky, efectivamente, tenía una objeción que quería que se publicara y que Guillaume, magnánimamente, añadió a su trabajo a modo de apéndice. Parece que el francés se había equivocado totalmente en algo importante. El profesor dice que no es del todo cierto que sea ahora menos popular en su país de lo que lo era durante la guerra de Vietnam. "No tengo tiempo para aceptar ni siquiera una pequeña parte de las invitaciones que se me hacen para dar discursos. Y a estas alturas ya no es como en los 60, cuando hablaba a cinco personas en una iglesia. Ahora se reúnen verdaderas multitudes en universidades y centros comunitarios". Ahí terminan todas las objeciones de Chomksy. Se confirma así, del modo más directo posible, su estrecha relación con los "revisionistas" franceses.

El profesor no se limitó a publicar su Political Economy of Human Rights a través de la organización de Guillaume. Además, le dedicó a éste un panfleto, que no se ha publicado en ningún sitio, que contiene algunas de las autojustificaciones que el profesor empleó en el caso Faurisson. En este escrito, bajo el título de Réponses Inédites,37 figura el nombre de Chomsky, como autor y las iniciales de Guillaume, "P.G.", como editor. El propio Guillaume contó que el profesor revisó personalmente todas las traducciones de sus textos, del inglés al francés.

Por su parte, Faurisson utiliza frecuentemente su relación con Chomsky en su incesante búsqueda de algo de credibilidad. El australiano Bill Rubinstein asegura que supo por primera vez del vínculo entre ambos cuando un compatriota suyo, admirador de Faurisson, mostró, orgulloso, correspondencia en la que Chomsky proporcionaba información y aconsejaba a su socio. 38 Es prácticamente imposible encontrar alguna publicación "revisionista" francesa, ya sea a cargo de Guillaume, Thion, o del propio Faurisson, que no contenga la obligada referencia al patrocinio de Chomsky. 39

¿Y a qué se dedica el movimiento de Guillaume, para merecer tan cálida amistad por parte del famoso lingüista del MIT?

Aunque tiene un historial de dedicación a multitud de asuntos diferentes (que esbozaré más adelante), la pequeña organización La Vieille Taupe parece que, últimamente, se dedica a poco más que a atormentar a los judíos. Mediante un imperio en miniatura de pequeñas editoriales, que funcionan bajo el propio nombre de la organización de Guillaume, o con otros como Spartacus, Éditions de la Différence, etc, el movimiento provoca una auténtica riada de propaganda "revisionista" y antisemita. Principalmente, producen numerosos artículos por y sobre Faurisson. Además, han publicado textos del izquierdista antisemita Paul Rassinier y el célebre The Myth of Auschwitz (El Mito de Auschwitz), del neo-nazi alemán Wilhelm Stäglich.

Hace poco, Guillaume y Ogmios han comenzado a publicar una revista trimestral muy pretenciosa llamada Annales d’Histoire Révisioniste. Su apariencia es la de una publicación de investigación, pero su función es proclamar que el Holocausto nunca sucedió. En los dos primeros números se pueden encontrar, entre otras cosas, traducciones de artículos que aparecieron originalmente en la revista neo-nazi californiana Journal of Historical Review 40.

En la primavera de 1985, la película Shoah se estrenó en París y el líder de VT, Pierre Guillaume, evidentemente buscando notoriedad, fue personalmente a repartir folletos a la puerta del cine. Los pasquines denunciaban el engaño "político-financiero" de todos los que afirman que muchos judíos fueron asesinados por los nazis. Según la versión que da Guillaume de esta historia, el incidente le valió una demanda en su contra, por calumnias, a cargo de la Liga Internacional contra el Racismo y el Antisemitismo. 41

El antisemitismo de VT no se limita a la negación del Holocausto. Ha descubierto algo que, aparentemente, cree que es un hallazgo muy inteligente. Parece que un joven Bernard Lazare, más tarde uno de los fundadores del sionismo izquierdista, escribió un curioso folleto años antes de que el caso Dreyfuss le convirtiera en un luchador por los derechos de los judíos. El texto, lleno de odio a sí mismo y titulado Antisemitism, Its History and Causes (Antisemitismo, su historia y sus causas) no es exactamente un descubrimiento de La Vielle Taupe. Lo han utilizado muchos movimientos antisemitas, desde los días de Dreyfuss hasta los de Vichy. Es un curioso batiburrillo de acusaciones y auto-acusaciones, particularmente duras en lo que se refiere al Talmud y su supuesta influencia sobre los judíos. El libro dice muy poco sobre el tema que sugiere su título, pero ha sido empleado repetidamente por los antisemitas como una forma de ratificar y justificar su odio. 42. Hoy en día ya no hay ningún motivo para reeditarlo, salvo por parte de alguna organización antijudía. Precisamente VT ha sacado una nueva edición, pasando por encima de las protestas legales de la organización Amigos de Bernard Lazare y de la familia de éste. 43

La Vielle Taupe está entre las más diminutas de las minúsculas sectas políticas parisinas, aunque publica libros como si fuera una gran institución. El aspecto físico de los productos de VT es verdaderamente profesional, y está claro que no parecen obra de una organización tan marginal.

Recientemente, envié a la organización una lista en la que les pedía algunas de sus publicaciones. Me mandaron, por correo aéreo, doce libros y panfletos, ocho de los cuales tenían precios que sumaban un total de 456 francos franceses. Calculo que los otros cuatro costarían en torno a los 50 francos, o sea, que el contenido del paquete tendría aproximadamente un valor total de 500 francos. Dado que los gastos de envío ascendían a 148’50 francos el coste total del regalo que La Vieille Taupe me remitió, ronda los 648’50 francos, unos 117 dólares estadounidenses. Evidentemente, no soy el único que agradece tanta generosidad. Ni conozco a nadie de la organización ni, hasta donde yo sé, ninguno de ellos me conoce a mí; y lo único que hice fue enviarles una petición para que me mandaran un simple catálogo. ¿De dónde sacan el dinero? Se ha relacionado a Ogmios, la librería de extrema derecha asociada a VT, con el gobierno de Irán (como se citó anteriormente), pero el origen de las pingües fuentes de ingreso de La Vielle Taupe sigue siendo un misterio.

Por supuesto, Chomksy ha recibido críticas por su relación con Faurisson y no sólo desde las izquierdas, pero se las ha arreglado para responder a todas diciendo:

a) Que no está de acuerdo con Faurisson; simplemente se limita a defender la libertad de expresión.

b) Que se está demonizando a VT y a Faurisson.

Y c) Que es un asunto de poca importancia y que no merece ser discutido.

De estos argumentos, sólo el primero, el de los derechos civiles, merece un análisis más detallado, que le dedicaremos más adelante. Los otros puntos pueden tratarse con bastante más brevedad:

Chomsky manipula continuamente las políticas de VT y Faurisson. En su famoso Preface dice que Faurisson es un progresista. 44. También ha creído conveniente elogiar a Serge Thion, calificándolo de "intelectual socialdemócrata liberal" 45 sin mencionar que Thion lleva más o menos nueve años escribiendo extensos libros y artículos sobre la premisa de que el Holocausto es una mentira judía. Tanto el australiano Bill Rubinstein como yo, le hemos enviado a Chomsky pruebas detalladas del antisemitismo de Faurisson. Hace poco, le remití al profesor el artículo de Faurisson en el que asegura que todos los testigos del Holocausto eran judíos y mentirosos -mentirosos por el hecho de ser judíos- 46, pero Chomsky sigue inflexible. A Rubinstein le contestó en estos términos:
"No veo implicaciones antisemitas en el hecho de negar la existencia de las cámaras de gas o incluso en el de negar el Holocausto. Ni tampoco es una implicación antisemita, per se, decir que se está aprovechando el Holocausto (crea uno que ocurrió o no) de forma agresiva, por parte de apologistas de la violencia y la represión israelíes. No veo ni un indicio de antisemitismo en el trabajo de Faurisson..."
Rubistein publicó este extracto de una carta que Chomky le envió. 47 Como suele hacer rutinariamente, el profesor protestó por la publicación de su correspondencia, aunque no ha negado ni la autenticidad ni la exactitud del párrafo.

Normalmente, Chomsky y sus amigos tratan de ocultar toda la información acerca de los vínculos neo-nazis del profesor. El caso más notorio de esta ocultación de información, implicó al lingüista británico Geoffrey Sampson, quien escribió una reseña biográfica sobre Chomsky en la revista Biographical Companion to Modern Thought (Guía biográfica del pensamiento moderno). Aunque Sampson habló de la calidad profesional de Chomsky en términos elogiosos, se permitió expresar sus reparos sobre la trayectoria política del profesor, con estas palabras:
"Ha perdido su credibilidad como analista político, debido a una serie de comentarios ampliamente considerados como imprudentes (su polémica e insistente minimización de las atrocidades que cometieron los Jemeres Rojos en Camboya, su aprobación de un libro –que admitió no haber leído- que negaba la fiabilidad histórica del Holocausto judío...)" 48
Recientemente, Sampson contó cómo Chomsky fue capaz, gracias a su influencia en las editoras estadounidenses, de censurar dicha reseña en la edición nortamericana del trabajo. 49

Ahora se ha publicado un libro de casi 500 páginas, titulado The Chomsky Reader (El lector de Chomsky), en la editorial Pantheon y bajo la dirección de James Peck 50. Pretende "reunir por primera vez el pensamiento político de los principales disidentes norteamericanos". La obra está muy bien organizada. No contiene ninguna referencia a Faurisson, La Vielle Taupe, Guillaume, el "revisionismo" o a cualquier otro asunto que pudiera dar al lector el menor atisbo de las relaciones de Chomky con los neo-nazis. La única mención que se hace a Thion, sugiere que el ultraderechista francés no es sino un intelectual marxista.

Aunque Chomsky critique a los comunistas de vez en cuando, éstos, por su parte, saben apreciarle como a un aliado y están siempre deseosos de tenderle una mano. La revista comunista Canadian Jewish Outlook (conocida ahora como, simplemente, Outlook) publicó un artículo en 1983 51 en el que se elogiaba los ataques de Chomsky a Israel, pero evitaba cualquier mención de su implicación en movimientos neo-nazis. Los comunistas siempre han sido muy sensibles en lo que respecta al neo-nazismo, pero con Chomsky, claro, hacen una excepción. 52

Hasta ahora he hablado acerca de las relaciones de Chomsky con los neo-nazis franceses, quienes parecen haber sido los responsables de su reclutamiento para la causa. Pero el movimiento "revisionista" tiene una ramificación en los Estados Unidos. Así que Chomsky se ha implicado también en este lado del Atlántico.

En su primer número, en 1980, la revista californiana Journal of Historical Review incluía un artículo sobre los judíos, escrito por un tal doctor Howard F. Stein, que acabó convirtiéndose en una especie de presagio de lo que sería el futuro de la publicación. 53 Incluso para un lector versado en la propaganda antisemita, el texto del doctor Stein debe de ser sorprendente, por la absoluta audacia de su malevolencia y además, da la casualidad de que prefiguró algunos temas que Chomsky retomaría más adelante.

El Journal of Historial Review describía a Stein como un profesor asociado de Antropología Psiquiátrica Médica, de Oklahoma. Hasta la fecha ha escrito numerosos artículos (usando una especie de "psicojerigonza"), publicados en revistas minoritarias dedicadas a la "psicología humanista". Incluso ha pronunciado un discurso en la meca de la psicología de la nueva era, el Esalen Institute de California. Además, es judío.

En su debut con los "revisionistas", Stein presentó una teoría más bien simplona sobre el Holocausto: es un mito judío. Por lo visto, los judíos siempre han fantaseado sobre un Holocausto, desde los mismos comienzos de su historia. Siempre han necesitado ser víctimas. Hoy en día, imaginan que fueron víctimas de los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial y se muestran completamente insensibles ante el sufrimiento de los no judíos, especialmente, de los alemanes y los musulmanes. El doctor Sampson remite a sus lectores a un artículo suyo anterior, en el que propone que los judíos padecen un "complejo de Sansón". 54 Por lo que se ve, igual que Sansón en la Biblia, los judíos están avocados a la auto-destrucción y se afanan por organizarlo todo de modo que el mundo entero también sea destruido en el proceso. Este es un punto de vista que Chomsky comparte, como veremos más adelante.

Creo que es un secreto a voces que en los Estados Unidos tenemos una serie de revistas de bajo nivel intelectual que se califican a sí mismas de "académicas". Son publicaciones nefastas que nutren la vanidad estúpida de los administradores de colegios mayores que quieren ver "artículos" de sus profesores. Los artículos de Stein, considerados desde el punto de vista de la pura competencia académica, deben de ser de lo más bajo de estas publicaciones: no hay ni un atisbo de evidencia en sus muchas páginas de jerigonza y en sus incoherentes discursos. En sí mismos, estos escritos deberían ser tan inofensivos como lo son casi todas esas publicaciones sensacionalistas. Pero resulta que los trabajos de Stein han añadido el uso de esa jerigonza a la causa del rencor y el odio, lo que los pone automáticamente en una categoría distinta.

El doctor Stein ha alcanzado cierto reconocimiento internacional por su contribución al odio a los judíos. La revista de los "revisionistas" franceses, dirigida por nuestro amigo Pierre Guillaume, ha publicado una traducción de su artículo original de 1980. 55

Comparados con la malevolencia de Stein, los demás artículos de la JHR parecen trivialidades. El último número que recibí, el del invierno de 1986-87, incluye el artículo de Faurisson sobre Höss que ya he mencionado. También publica un texto en el que se protesta por la injusta persecución de los German American Bund (un grupo nazi) en los Estados Unidos, durante la Segunda Guerra Mundial.

Una reseña de un libro asegura que cuando los nazis establecieron el gueto de Varsovia, "en esencia, la decisión alemana fue judía, ya que los propios judíos se oponían a los matrimonios mixtos e insistían en seguir sus propias leyes. Además, Alemania temía que se repitieran los sucesos de los pogromos polacos. El muro del gueto evitó eso también". Ya; por esto necesitamos que los "revisionistas" nos dejen claro cómo fue la historia real.

Las autoridades de aduanas canadienses han declarado a esta estupenda revista como "literatura del odio" y han restringido su importación. En consecuencia, no he podido examinar cada número y no sé con qué frecuencia han aparecido contribuciones de Chomsky. Tengo ante mí el número de la primavera de 1986, que incluye un artículo del profesor: "Todas las negaciones de la libertad de expresión minan la sociedad democrática". 56 El artículo contiene unas 2.200 palabras y se reimprimió en Boulder, Colorado.

Los suscriptores de la JHR reciben libros y cintas que los "revisionistas" consideran apropiados para su conveniente educación. Parte de este material tiene el sello de la editorial Noontide Press, que, al igual que el Institute for Historical Review, está ubicada en Torrance, California. Mi último catálogo de libros de revisión histórica, de otoño de 1986, contiene, entre otras cosas, los títulos siguientes: The Zionist Connection II (La Conexión Sionista 2), de Alfred M. Lilienthal; Communism with the mask off (Comunismo desenmascarado), del Dr. Joseph Goebbels y The Fateful Triangle (El Triángulo Fatídico), de Noam Chomsky. Hay una lista especial de libros de la editorial Noontide Press, que tratan acerca de lo que algunos llaman "estudios judíos" y que contiene The International Jew (El judío internacional), de Henry Ford padre, The Protocols of the Learned Elders of Zion (Los protocolos de los Sabios de Sión), "traducido del ruso", The Plot Against Christianity (La trama contra la Cristiandad), de Elizabeth Dilling ("Una estremecedora revelación que pone al descubierto la campaña de odio anticristiano propuesta en el Talmud Babilónico") y otros clásicos similares.

El Instituto también vende, por separado, dos cintas con grabaciones de un discurso contra Israel de Chomsky; he aquí algunos extractos de la publicidad de dichas cintas:
Este discurso... es, por decirlo con moderación, arrollador. Durante dos horas de cañonazos dirigidos contra la política exterior de los EEUU en lo que concierne a Israel, Chomsky revisa brillantemente temas como el imperialismo israelí... el papel de la Liga Anti-Difamación ("uno de los grupos de presión más desagradables y poderosos de los Estados Unidos"), la censura y la manipulación en los medios, la hipocresía y el "Agujero de Memoria". Un cursillo intensivo de dos horas y media acerca del tema político más importante de nuestra era, incluyendo las respuestas de Chomsky a las preguntas de la audiencia".
He insistido en llamarle la atención a Chomsky sobre cómo los nazis utilizan su nombre, sugiriéndole que se desvinculara de esa gente, pero él rechaza tercamente mis consejos, una y otra vez.


17 Lo que dicen los neo-nazis de sí mismos se puede recoger en los escritos de Faurisson, Guillaume y Thion, mencionados en estas mismas notas. Además, existen tres importantes y excelentes estudios sobre estos personajes y estoy contento de poder expresar mi gratitud a los siguientes:

1. Alain Frinkielkaut, L’avenir d’une négation, París, Seuil, 1982.

2. Nadine Fresco, Les redresseurs de Morts, Les Temps Modernes, número 407, 1980, pp. 2150-2211.

3. Pierre Vidal-Naquet, Les Assasins de la mémoire, París, Seuil, 1987.

Hasta donde puedo decir, sólo hay traducciones en inglés de algunos extractos de los dos últimos textos mencionados. Hay versiones del escrito de Fresco en el número del otoño de 1987 de Dissent y, del libro de Vidal-Naquet, entre las páginas 67 y 95 del número de Abril de 1981 de Democracy. No he podido ver tales traducciones, de modo que no sé lo adecuadas que resultan.

Existe, también, un excelente artículo acerca del ala norteamericana del movimiento "revisionista", titulado Lies About the Holocaust (Mentiras sobre el Holocausto), de Lucy S. Dawidowicz, publicado, en Diciembre de 1980, en el número 6 de Commentary, volumen 70, entre las páginas 33 y la 37. También podemos encontrar, en el número 2 de Facts (Junio de 1980) volumen 26, un buen reportaje sobre el tema a cargo de la Liga Anti-Difamación de B’nai B’rith, titulado Holocaust ‘Revisionism’: A Denial of History (’Revisionismo’ del Holocausto: una negación de la Historia).

W. D. Rubinstein debe llevarse el mérito de ser el primero que trató la relación entre Chomsky y los neo-nazis, escribiendo, además, en una época en la que gran parte del material con el que contamos hoy todavía no estaba disponible. Su trabajo se titula Chomsky and the neo-nazis (Chomsky y los neo-nazis) y se publicó en Quadrant (Australia), en Octubre de 1988, entre las páginas 8 y 14. La respuesta del propio Chomsky y la refutación de Rubinstein están publicadas en el número de 1982 de la misma revista.

18 L’Express, 4 de Septiembre de 1987, pp. 30-31.

19 Faurisson, Robert, 1985, Revisionism on Trial: Developments in France, 1979-1983 (El revisionismo a prueba: avances en Francia, 1979-1983), Journal of Historical Review, volumen 6, número 2, pp. 133-182.

Faurisson y sus seguidores citan y recitan con frecuencia, textualmente, este dogma de fe que consta de sesenta palabras en su versión original en francés. Para más información acerca de la versión original y de su utilización ritual, véase el panfleto de Pierre Guillaume, el principal acólito de Faurisson, titulado Droit et Histoire, París, La Vieille Taupe, 1986, pp. 18-19, 92.

20 Faurisson, Robert, 1986-1987, How the British obtained the confessions of Rudolf Höss (Cómo los británicos consiguieron la confesión de Rudolf Höss). The Journal of Historical Review, volumen 7, número 4, pp. 389-403.

21 Robert, sin fecha, L’Affaire Faurisson. Interview de Faurisson à Storia Ilustrata, août 1979. La introducción es de Guillaume e incluye una nota en la que se cuenta que el texto fue revisado con vistas a su publicación en el panfleto. No hay fecha, pero la lista adjunta de libros contiene títulos publicados hasta 1986.

22 Op. cit.

23 Allen, Robert, 1983, Voice of Britain. The inside story of the Daily Express (La voz de Gran Bretaña: la verdadera historia del Daily Express), Cambridge, Patrick Stephens; Taylor, A.J.P, 1972, Londres, Beaverbrook, Hamish, Hamilton.

24Taylor, op. cit, p. 387.

25 La portada está reproducida en Allen, op. cit, p. 66.

26 Traduzco de un texto de 2 páginas, escrito en francés, un catecismo titulado 66 Questions & Réponses sur l’holocauste, sin fecha, Institute for Historical Review.

27 Véase también el artículo de 1985 de Faurisson, mencionado antes.

28 Chomsky, Noam, 1981, The Faurisson Affair, His Right to Say It (El asunto Faurisson, su derecho a decirlo), The Nation, 28 de Febrero, pp. 231-234.

29 El nombre significa "El Viejo Topo", una alusión a Marx (quien tomó la idea de Shakespeare) cuando se regocijaba por lo que él creía que era la presencia subterránea de la revolución.

30 Guillaume, Pierre, 1986, Droit et Histoire, París, La Vieille Taupe. Los dos documentos se publicaron juntos bajo el título Une Mise au Point, ‘A Clarification’, pp. 152-172.

31 Thion, Serge, 1980. Vérité Historique ou Vérité Politique? , París, La Vieille Taupe, p. 163.

32 En el artículo de The Nation, mencionado anteriormente. También habla del tema en el célebre prefacio, referido un poco más adelante como "Faurisson, 1980".

33 El excelente artículo de Nadine Fresco, mencionado anteriormente, discute la ridícula afirmación de Chomsky cuando asegura que es un experto en estos temas.

34 Faurisson, 1980, pp. 180-181.

35 A causa de su propaganda "revisionista", Weber se convirtió en un incordio para la Universidad de Tulsa, donde trabajaba como profesor de alemán, y terminaron liquidando su contrato. Véase Hill, L.E. –sin fecha-, A 1985 Trial of an Anti-Semite and Holocaust-Denier in Canada: Ernst Zundel, borrador en preparación (El juicio de 1985 en Canadá contra un antisemita negador del holocausto: Ernst Zundel). Me siento en deuda con mi colega, el profesor Hill, por permitirme acceder a un primer borrador de este importante estudio sobre el primer juicio contra Zundel. Tanto Weber como Faurisson y otras lumbreras "revisionistas", fueron testigos de la defensa en dicho juicio y sus antecedentes terminaron constando en acta.

36 Por lo que yo sé, este texto nunca ha aparecido en inglés, pero el contenido es muy similar al artículo de Chomsky en The Nation, citado anteriormente. El texto en francés constituye el prefacio de Mémorie en Défense, de Robert Faurisson, 1980, París, La Vieille Taupe.

37 Chomsky, Noam, 1984. Réponses inédites, París, Spartacus.

38 Véase el artículo de Rubinstein, mencionado antes, así como las consiguientes cartas al director, citadas en la misma nota a pie de página. Chomsky nunca puso en tela de juicio la autenticidad del documento, ni la información que contenía. El mismo texto fue publicado por Robert Faurisson, en 1980, como Letter to the ‘New Statesman’ (Carta al ‘Nuevo Hombre de Estado’), Journal of Historical Review, volumen 1, número 2, pp. 157-161.

39 Véase, por ejemplo, Faurisson –sin fecha-, p. 25; Faurisson 1985, p. 181; Faurisson 1986, p. 69; Thion 1980, p. 163.

40 El artículo de Faurisson sobre Höss (1986-1987), mencionado antes, apareció en una versión francesa del primer número de Annales, pero tras sufrir una censura muy curiosa. En la versión estadounidense, Faurisson llama mentirosos a los testigos de Auschwitz, sólo porque eran judíos, pero en esta edición francesa, no aparece semejante acusación. ¿Es posible que haya ciertos tipos de antisemitismo que sean demasiado descarados, incluso para monsieur Guillaume? Véase Faurisson, Robert, 1987, Comment les Britanniques ont obtenu les aveux de Rudolf Höss, commandant d’Auschwitz, Annales d’Histoire Révisionniste, número 1, Printempts, pp. 137-152.

41 Guillaume, 1986, p. 9 en adelante.

42 Wilson, Nelly, 1978, Bernard-Lazare, Cambridge, Cambridge University Press. Ver páginas 90-91 y trabajos citados.

43 Lazare-Bernard, 1985 (la edición original es de 1984), L’Antisémitisme, Son Histoire et ses Causes. París, La Vieille Taupe.

44 "Pour autant que je puisse en juger, Faurisson est une sorte de libéral relativement apolitique.", Chomsky acerca de Faurisson, 1980, pp. XIV-XV

45 Chomsky, 1981, p. 231; véase también Chomksy, Noam, 1987, The Chomsky Reader, James Peck (ed.), Nueva York, Pantheon, p. 294.

46 Carta de Cohn a Chomsky del 18 de Noviembre de 1987. Le envié una copia de trabajos de Faurisson de 1986 y 1987.

47 Rubinstein, 1981, p. 12.

48 Citado en Sampson, Geoffrey, 1984, Censoring ‘20th Century Culture’: the Case of Noam Chomsky (Censurando la ‘cultura del siglo XX’: el caso de Noam Chomsky), New Criterion, volumen 3, número 2, pp. 7-16. La respuesta insultante de Chomsky y la réplica de Sampson aparecieron en el número de enero de 1985 de la misma revista.

49 Ibid.

50 Chomsky, 1987

51 Epstein, Norman, 1983, Chomsky, Israel and the Nuclear War (Chomsky, Israel y la guerra nuclear), Canadian Jewish Outlook, volumen 21, número 9, octubre, pp. 17-18.

52 Las publicaciones comunistas canadienses anuncian periódicamente los libros de Chomsky y sus catálogos los incluyen junto a los trabajos de Gorbachov.

53 Stein, Howard F., 1980, The Holocaust and the Myth of the Past as History (El Holocausto y el mito del pasado como Historia), Journal of Historical Review, volumen 1, número 4, invierno, pp. 309-322.

54 Stein, Howard F., 1980, The Holocaust and the Myth of the Past as History (El Holocausto y el mito del pasado como Historia), Journal of Historical Review, volumen 1, número 4, invierno, pp. 309-322.

55 Stein, Howard F., 1980, L’Holocauste et le mythe du passé comme histoire, Annales d’Histoire Révisionniste, número 2, verano, pp. 11-26.

56 Chomsky, Noam, 1986, All Denials of Free Spech Undercut a Democratic Society (Toda negación de la libertad de expresión debilita la sociedad democrática), Journal of Historical Review, volumen 7, número 1, primavera, pp. 123-127.